Más que una segunda oportunidad//kivi

Capitulo 38|Sol y luna (18+)

Chiara Oliver.

—¿A tu familia? —respondió Violeta, con un tono de sorpresa, pero también con curiosidad.

—Sí, a mi familia —respondí con un leve suspiro, notando cómo el tema me ponía nerviosa. Quería ser honesta, porque lo que sentía por Violeta era serio y cada vez más profundo—. Tú me has presentado a la tuya y me han hecho sentir como una más, y la verdad es que me encantaría poder hacer lo mismo por ti. Aparte, ellos ya empiezan a sospechar de algo, y yo... yo siento que lo nuestro cada vez es más estable, más fuerte, y sé que esto va a durar. Por eso creo que ya es momento de hablar de esto, de decirles quién eres para mí y presentártelos oficialmente.

—Pero Kiki, si tus padres están en Inglaterra... —dijo Violeta, frunciendo el ceño, como si estuviera pensando en cómo encajaría eso, pero al mismo tiempo, había una chispa de emoción en sus ojos, como si la idea de conocer a mi familia fuera algo que también deseaba.

La sorpresa de Violeta era comprensible. Mis padres vivían en otro continente, y la posibilidad de viajar a Inglaterra para hacer una visita no era algo que pudiera tomar a la ligera. Las distancias físicas siempre complicaban los planes, pero eso no cambiaba lo que sentía. Lo que decía, aunque lo dije con un poco de nerviosismo, era sincero. Quería que mi vida con Violeta fuera reconocida por todos, por mi familia, por los que realmente importaban.

—Sí, mis padres están lejos, pero ellos siempre vienen a visitarme. Y si no, pues podríamos irnos nosotros, cuando se pueda, claro —dije, ya con un toque de timidez en mi voz. No quería presionar a Violeta, solo estaba planteando la posibilidad. Mi intención no era generar expectativas, solo compartir mi deseo de que ella formara parte de mi vida de una manera más profunda—.Obviamente no tiene que ser ahora, no te estoy pidiendo que viajemos inmediatamente. Solo quería saber si te gustaría la idea de hacerlo, algún día. A mí me encantaría que los conocieras.

Mi corazón latía más rápido mientras hablaba, porque sabía que esa simple propuesta significaba mucho más que un mero encuentro casual. Presentar a alguien a mi familia no era un acto cualquiera; era un paso importante que mostraba el nivel de confianza y la cercanía que sentía por esa persona.

Violeta me miró en silencio por un momento, aparentemente sorprendida por la propuesta, pero al final, sonrió con su característico toque de humor

—Claro, me encantaría. ¡Sería genial conocer a mis futuros suegros! —bromeó, riendo suavemente mientras me miraba de manera traviesa.

No pude evitar reírme yo también, un poco avergonzada por la forma en que Violeta lo había dicho, pero a la vez agradecida por su manera tan relajada de manejar la situación. En un momento como ese, que podía haber sido incómodo, su risa me ayudó a sentir que todo estaba bien, que la idea de conocer a mi familia no era un tema raro ni forzado.

En un impulso, le di un pequeño empujón, bromeando, pero casi sin darme cuenta, lo hice con tanta fuerza que Violeta estuvo a punto de caer de la roca en la que estábamos sentadas.

Violeta se recuperó con una risa y se reincorporó, devolviéndome el empujón de una manera leve. Al final, se sentó erguida, mirando hacia el horizonte mientras continuaba con la conversación de una manera más ligera:

—Y también me gustaría conocer a tu hermana y al "terremoto pequeño" del que tanto me hablas. ¿Como era que se llamaba? —preguntó mientras sonreía, y yo noté cómo su interés en mi vida familiar seguía siendo genuino.

—Joey se llama —dije, sonriendo ligeramente mientras recordaba a mi hermano pequeño. Su nombre siempre me sacaba una sonrisa, especialmente porque, aunque aún era un niño, ya se comportaba como un torbellino. De alguna manera, su energía desbordante hacía que fuera imposible no pensar en él en esos términos.