capitulo 17|Hablar de esto

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Violeta Hodar

Los rayos de luz entraban por la ventana, iluminando la habitación y haciéndome despertar primero que Chiara. Yo suelo ser una persona que normalmente se mueve mucho durante el sueño y desordena la cama, pero esta vez había permanecido inmóvil, abrazando a Chiara con suavidad.

La única diferencia era que Chiara ahora estaba mirando hacia el techo, y yo la tenía abrazada por el lado. Me acomodé ligeramente para tener una mejor vista de ella, sin querer despertarla.

Y entonces, la miré. Era perfecta. Sus rasgos, su nariz, sus lunares, su boca, su pelo... todo en ella era hermoso. Y por supuesto, esos ojos verdes que tanto me gustaban.

Me quedé hipnotizada por su rostro, estudiando cada detalle, cada curva, cada línea. Me sentí como si estuviera descubriendo a Chiara por primera vez

La luz del sol iluminaba su piel, dándole un brillo suave y cálido. Me sentí como si estuviera mirando a una obra de arte, una creación perfecta.

Me debí haber quedado unos 10 minutos admirando su belleza, hipnotizada por la serenidad de su rostro mientras dormía. Su expresión relajada, su respiración suave, todo en ella parecía perfecto. Ni siquiera sabía qué horas eran, pero no me importaba. No quería que ese momento se acabara.

Pero, para mi mala suerte, o buena suerte, Chiara comenzó a despertarse. Yo traté de alejarme un poco, intentando disimular la intensidad con la que la había estado mirando. No quería que se diera cuenta de lo embobada que me había quedado viéndola dormir.

Chiara se empezó a frotar los ojos, y luego me miró. Sus ojos verdes, ahora iluminados por la luz del día, brillaban con una intensidad que me hizo sentir como si estuviera flotando. Me sentí como si estuviera siendo absorbida por su mirada, como si estuviera siendo atrapada en un abismo de amor y deseo.

Chiara me sonrió, y yo le devolví la sonrisa. No necesitábamos palabras, no necesitábamos nada más que esa mirada, ese momento. La conexión entre nosotras era palpable, y yo supe que después de lo ocurrido, nada volvería a ser igual.

-Buenos días, Kiki, ¿cómo dormiste?- pregunté sonriendo.

-¿Cómo es mi cama?

-Buenos días, Vivi, pues qué decirte, hace tiempo que no dormía así de bien- Me encantó escuchar esas palabras, sabiendo que Chiara me contó que sufría de insomnio. Y la verdad yo no pude no sentir satisfacción al saber que podía significar eso

-Espérame, Kiki. Voy al baño y vuelvo.- Me levanté y miré el reloj, viendo que eran las 12 del día. No era tan tarde después de todo.

Me dirigí al cuarto de Tanna, y al entrar, vi que ya estaba despierta. Me miró con una sonrisa pícara  y ya me estaba imaginando el interrogatorio que se aproximaba

-¿Esa nota de ayer? Era innecesario- ya sabía la muy maldita, seguramente me escuchó hablando con kiki

-Tana, se quedó una amiga, y tú eres bastante extrovertida, la puedes poner nerviosa. Fue solo por eso, aparte no te puedes mover con ese pie sin que yo este.- Pero Tanna no se dejó convencer.

-Hija de puta, así que no querías que me levantara porque estabas teniendo sexo- dijo con una voz burlona y elevada.

-¿Qué dices? Baja la voz, idiota- le dije, intentando mantener la calma.

-¿QUE ESTÁ AQUÍ TODAVÍA?!- exclamó Tanna, sin disimular su sorpresa.

-Tana no es lo que piensas, Chiara es una amiga que en un rato te presentaré

-Ah que es chiara

-¿Que? ¿la conoces o que?- fruncí el ceño al ver que sí sabía de su existencia

Más que una segunda oportunidad//kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora