—¡CHIARA!
No sé en qué momento sucedió, pero un auto arrolló contra ella. Vi cómo su cuerpo caía al suelo, su mueca de dolor, y cómo su cabeza golpeaba con fuerza contra el pavimento. El sonido del impacto aún resuena en mis oídos. Corrí hacia ella, mi corazón latiendo con desesperación, mientras veía que el mismo coche que había atropellado a Chiara se alejaba sin detenerse, sin siquiera mirar hacia atrás.
Me acerqué a ella y me arrodillé, tomé su cabeza con mis manos muy cuidadosamente y empecé a sacudirla.
—Chiara, por favor, reacciona. ¡Despierta!— le supliqué, mientras le daba leves cachetadas en la cara. Su piel estaba pálida y fría, y su respiración era débil.
Pero por más que la sacudiera, nada parecía hacer efecto en ella. No se movía, no hablaba, no reaccionaba. Me desesperé aún más al ver que, cuando saqué mi mano de su cabeza para poder marcar a una ambulancia, la tenía llena de sangre.
—Dios por favor, Chiara no me hagas esto—rogué, mi voz temblando de miedo.
Llamé a una ambulancia y di todos los datos, pero como siempre, las ambulancias demoran en llegar. Así que fui más rápida y decidí llamar a Ruslana. Seguramente estaba con Martin y ambos tenían el coche. Si no, probaría con Alex.
—Violeta, es tardísimo, ¿qué pasa?—respondió Ruslana del otro lado, con su voz llena de preocupación.
—Ruslana, escúchame. Ven por favor, acaban de atropellar a Kiki. El gilipollas se ha ido. Ya le hablé a una ambulancia, pero demorarán mucho en llegar y ustedes no están tan lejos—dije con la voz quebrada, tratando de no romperme ahí mismo. Necesitaba estar fuerte en esos momentos para Chiara.
—¿Qué?! ¿Violeta, dónde están?—preguntó Ruslana, alarmada.
—En la esquina de mi casa, Ruslana. Apúrate por favor!—le supliqué, mi voz llena de desesperación.
—No me cuelgues, ¿cómo está Chiara?—preguntó Ruslana, igual de desesperada que yo.
—Está inconsciente, Ruslana. Se pegó muy fuerte en la cabeza y está sangrando. Apúrate Ruslana, por favor te lo pido
—Ya voy, por favor intenta hacerla reaccionar, Violeta.—dijo Ruslana.
Ni siquiera me dio tiempo para contestarle a Ruslana porque vi cómo Chiara volvía a abrir los ojos.
—Eso, mi amor, mírame. Quédate así. No te duermas, ¿sí?—le dije, tratando de mantenerla despierta.
—Vio... me... Duele mu...cho la cabeza—murmuró Chiara, antes de volver a dormirse.
—¡NO! ¡Amor no! No te vuelvas a dormir, quédate aquí, tú puedes—le supliqué, sacudiéndola suavemente. Pero por más que la sacudiera, Chiara se iba, volvía y se iba. Luchaba por abrir sus ojos, pero cada vez le pesaba más y más.
Fueron cinco minutos en los que estuve hablándole a Chiara, abrazándola y atrayéndola hacia mi pecho, hasta que vi un auto acercarse. La luz era tan fuerte que no me dejaba ver bien. Pero afortunadamente era Ruslana y Martín.
Se bajaron desesperadamente y yo traté de levantar un poco a Chiara. Entre los tres cargamos a Chiara con cuidado al auto. Teníamos mucho miedo de que se hubiera roto algo.
Rus estaba muy nerviosa, así que tuvo que manejar Martin. Ambos iban adelante mientras yo iba atrás con Chiara, sin perder las esperanzas. Me fui hablando todo el camino, para ver si lograba que volviera a estar consciente.
Pero nada.
****
Llegamos al hospital y nos bajamos del coche, llevando a Chiara en brazos. Entramos corriendo, gritando por ayuda.
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Más que una segunda oportunidad//kivi
Fanfiction"Chiara es una joven con un corazón dañado, había jurado nunca más rendirse a la ilusión de las segundas oportunidades. La última vez que se había abierto al amor, había sido brutalmente lastimada. Ahora, su corazón estaba rodeado de una muralla de...