Karime estaba descansando y se despertó y fue al baño, todos planeaban algo inesperado y corrieron a la habitación, Karime salió del baño y se sorprendió al ver a todos en el cuarto Mar, listos para algo que no se esperaba. Apenas cruzó la puerta, Arath, Mayito y Briggite empezaron a lanzarle almohadas, riéndose entre ellos mientras Karime intentaba esquivarlas como podía.
—Oigan, no sean así!— protestó Karime, pero no pudo evitar soltar una carcajada cuando una almohada le dio de lleno en la espalda. Gala, que estaba al otro lado del cuarto, tomó una almohada y, en lugar de unirse al ataque contra Karime, comenzó a pegarles a los demás.
—A ver, ustedes, dejen a Karime en paz!— dijo Gala entre risas, golpeando suavemente a Arath y Mayito con su almohada, mientras Briggite se reía desde la cama, esquivando los golpes.
—Gala, se supone que es una guerra de almohadas contra todos!— exclamó Mayito, riendo mientras intentaba devolver los golpes.
—No cuando es Karime la que está en medio!—respondió Gala, dándole una última almohadazo a Arath y luego acercándose a Karime para sonreírle de manera cómplice. Karime, divertida, se quedó quieta mirando la escena, agradeciendo en silencio el gesto protector de Gala, aunque trató de ocultarlo.
Finalmente, todos se dejaron caer en las camas, agotados y riendo. Karime se sentó al lado de Briggite, quien la miró y le dijo en tono de broma: —Creo que Gala tiene un poco de favoritismo, ¿no crees?—
Karime solo sonrió mientras miraba a Gala de reojo
Después de que Gala dejara a Karime dormida en su cama, no pudo evitar sentir una necesidad de estar cerca de ella. Así que se dirigió hacia Briggite, quien compartía cama con Karime, y le pidió, en un tono suave pero insistente:
—Briggite, ¿me cambias de cama? Solo esta noche, ¿sí? —le rogó Gala con una mirada casi suplicante.
Briggite la miró divertida y negó con la cabeza—. No, Gala. Yo duermo con Karime, ya sabes cómo son las reglas —dijo con un tono juguetón.
—¡Anda, Briggite! Solo hoy, te prometo que no te lo volveré a pedir —insistió Gala, desesperada por estar cerca de Karime.
Pero Briggite no cedía, y con una sonrisa traviesa, respondió:
—No, no. Yo quiero dormir con mi futura esposa —bromeó, guiñándole un ojo a Gala mientras cruzaba los brazos.
Gala frunció el ceño, claramente celosa y un poco frustrada. Sabía que Briggite estaba jugando, pero no podía evitar sentirse irritada por la situación. Sin decir más, fue a su propia cama y se acostó, dándole la espalda a Briggite y Karime, que dormía profundamente sin enterarse de la pequeña discusión.
Mientras intentaba dormir, Gala no podía dejar de pensar en lo mucho que deseaba estar en esa cama, abrazando a Karime. Los celos y la frustración hicieron que se removiera en su cama, pero al final, no le quedó más remedio que aceptar su derrota por esa noche.
El amanecer trajo consigo un ambiente tenso. Gala había pasado una noche inquieta, aún molesta por no haber dormido con Karime, y se le notaba en su actitud. Durante el desayuno, apenas hablaba y cuando alguien intentaba sacarle conversación, respondía de manera cortante. Tras unos minutos, sin decir nada, se levantó y se fue.
Karime notó la ausencia de Gala después de un rato. Mientras los demás seguían conversando en la mesa, ella decidió ir a buscarla. Sabía que cuando Gala se ponía así, necesitaba espacio, pero no pudo evitar preocuparse.
La encontró en el gimnasio, golpeando el saco de boxeo con más fuerza de la habitual. Gala estaba molesta, y se notaba que la incomodidad de la noche anterior aún pesaba sobre ella. Karime se acercó, tranquila pero firme.
—¿Qué te pasa? —preguntó Karime con suavidad, pero Gala no respondió de inmediato, solo siguió golpeando el saco.
—Mira, si no quieres hablar, está bien. Solo dime, ¿qué te pasa? —insistió Karime, pero viendo que no recibía respuesta, se dio media vuelta y comenzó a salir del gimnasio.
Antes de que pudiera dar un paso más, sintió cómo unas manos la sujetaban por la cintura. Gala la detuvo, su tono ya no era frío, sino algo desesperado.
—Perdón —murmuró Gala mientras apoyaba su frente en el hombro de Karime—. No debería haberme puesto así, es solo que... ya sabes, me molesta cuando no puedo estar contigo.
Karime suspiró y se relajó un poco al sentir el abrazo de Gala. Aunque había sido grosera esa mañana, la sinceridad de sus palabras lograba apaciguarla.
—Está bien, solo dime cuando algo te molesta. No tienes que actuar de esa manera —le dijo Karime, girándose para mirarla a los ojos.
Gala asintió y la abrazó más fuerte, sabiendo que tenía que manejar mejor sus emociones. Estaban en una montaña rusa de sentimientos, pero ambas estaban dispuestas a seguir adelante.
Gala, aún sujetando a Karime por la cintura, la miró con una mezcla de arrepentimiento y ternura. Sin pensarlo demasiado, acercó sus labios a los de Karime y le dio un beso suave, como una súplica silenciosa por perdón. Al separarse, susurró:
—Perdón... de verdad, Karime. No debí tratarte así, sabiendo cómo me siento por ti. Sabes que me muero de amor por ti... —su voz era entrecortada, casi como si le costara admitirlo.
Karime, aún con el efecto del beso, la miraba con una mezcla de confusión y comprensión. Gala nunca había sido tan vulnerable, y ese lado suyo la hacía sentir especial, aunque las dudas seguían en su mente.
—¿Y entonces? ¿Por qué estabas tan grosera hoy? —preguntó Karime, aún queriendo entender el motivo de todo.
Gala soltó un suspiro largo, soltando también la tensión que había acumulado.
—Es que... anoche, cuando Briggite no quiso intercambiar camas, me molesté. Me dijo que quería dormir con su 'futura esposa' en broma, pero... —Gala hizo una pausa, mirando a Karime, como si el recuerdo aún la afectara—. No sé, me dio celos. Sé que es una tontería, pero... no lo pude evitar. Me fui a la cama con ese malestar, y esta mañana lo pagué contigo y con todos.
Karime la escuchaba atenta, y aunque entendía los sentimientos de Gala, también quería dejar claro que esas cosas no podían afectarlas tanto.
—¿Y eso era todo? —preguntó Karime, suavizando el tono, pero manteniendo la seriedad.
—Sí —admitió Gala—. No soporté la idea de que Briggite pudiera estar más cerca de ti... y me porté como una tonta. Lo siento, Karime. Solo quiero que me perdones, porque en serio, no puedo soportar perderte por mis inseguridades.
Karime suspiró, pero esta vez con una sonrisa ligera en los labios. Se acercó un poco más, acariciando el rostro de Gala.
—Tienes que confiar en mí, Gala. Sabes que eres tú quien me importa... solo deja de hacer esas cosas. No tenemos por qué complicarlo más de lo que ya es.
Gala la abrazó con más fuerza, sintiendo cómo un peso se liberaba de sus hombros. Sabía que Karime tenía razón y que necesitaba controlar esos celos que a veces le jugaban una mala pasada.
—Te prometo que voy a mejorar... —susurró Gala—. No quiero arruinar lo que tenemos.
Karime sonrió y asintió, sintiéndose aliviada de que la tensión entre ambas comenzara a disiparse.

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Atracción bajo reflectores
FanfictionDentro de la intensidad de la Casa de los Famosos, Gala y Karime comparten una conexión que va más allá de las cámaras. Entre desafíos, alianzas y juegos de poder, nace un amor lleno de pasiones, celos y momentos de ternura inesperada. Sin embargo...