Entre risas y tensión

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La proyección de cine había terminado, y poco a poco, los habitantes de la casa empezaban a dispersarse por el salón y los alrededores. El ambiente se sentía un tanto relajado, aunque las tensiones aún flotaban en el aire, especialmente entre Gala, Karime, Gomita y Agustín.

Gomita, que había estado observando a Karime desde la distancia durante la película, decidió que era un buen momento para acercarse. Sabía que había cierta incomodidad después del video, pero quería intentar suavizar las cosas. Mientras Karime se levantaba del sillón, Gomita aprovechó la oportunidad y se acercó con una sonrisa.

—**Oye, Karime,** —dijo Gomita en tono suave—. **No te pongas tan nerviosa por lo del video, tú siempre tan... especial.**

Al decir esto, extendió los brazos para darle un abrazo amistoso, pero antes de que pudiera envolverse en él, Gala apareció de la nada, como si hubiera sentido el peligro. Rápidamente, Gala se colocó detrás de Karime y, con un movimiento casi posesivo, la agarró por la cintura y la atrajo hacia sí.

—**¿Todo bien aquí?** —preguntó Gala con una sonrisa encantadora, pero claramente territorial, mirando a Gomita con una mirada que decía "es mía."

Karime, al sentir el abrazo firme de Gala, soltó una pequeña risita. Sabía que Gala estaba marcando su territorio de una forma muy evidente, y aunque le parecía adorable, no pudo evitar bromear sobre la situación. Miró a Gomita y luego a los demás, que ya empezaban a notar la escena.

—**¡Ay, me calenté!** —dijo Karime de repente, con una sonrisa traviesa.

La sala estalló en risas. Briggite, que siempre estaba atenta a las bromas, fue la primera en soltar una carcajada.

—**¡Karime, por Dios!** —gritó Briggite entre risas, mientras los demás también se unían a la diversión.

Gala soltó una pequeña risa, aunque no dejó de sostener a Karime con fuerza, su mano firme en su cintura como un recordatorio para todos de que Karime era solo suya. A pesar de que sabía que Karime estaba bromeando, no podía evitar sentir una pequeña oleada de celos al ver cómo todos se reían del comentario.

—**¿En serio, Karime?** —dijo Gala en tono juguetón, fingiendo estar ofendida, pero con una sonrisa en los labios—. **¡Con una sola frase, y ya me estás dejando mal delante de todos!**

Karime se giró en sus brazos, todavía sonriendo, y le dio un suave beso en la mejilla.

—**Ay, amor, ya sabes que solo tú logras eso en mí,** —le dijo en tono bajo, lo suficientemente fuerte para que solo Gala lo escuchara.

Gomita, por su parte, aunque había reído con el resto, no pudo evitar sentir una ligera punzada de incomodidad. El modo en que Gala había intervenido dejaba claro que cualquier acercamiento a Karime sería controlado de cerca. Sin embargo, decidió no hacer ningún comentario y simplemente sonrió, jugando a que todo estaba bien.

Mientras las risas continuaban, Agustín observaba la escena desde un rincón, su ceño ligeramente fruncido. A pesar de su intento por acercarse a Gala, sabía que en este momento no tenía mucho que hacer. Karime y Gala eran inseparables, y cualquier intento de interferir parecía condenado al fracaso.

La noche avanzaba, y aunque el ambiente estaba cargado de risas, los celos de Gomita y Agustín se mantenían bajo la superficie. Gala, por su parte, estaba decidida a no perder a Karime y, al sentir la calidez de su cuerpo cerca, se recordó a sí misma que haría lo necesario para mantenerla a su lado.

La noche continuaba en la casa, y poco a poco, los ánimos se iban relajando. Después de la tensión y las risas del día de cine, el grupo había decidido reunirse en el salón para seguir platicando y compartir algunas anécdotas divertidas de la semana.

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