celos al Aire

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La mañana siguiente en la casa de los famosos parecía tranquila, pero como era de esperarse, siempre había algo que alteraba el ambiente. Gomita, que últimamente había pasado más tiempo cerca de Karime, no podía evitar notar lo especial que era. Desde sus risas hasta esos característicos berrinches que la hacían única, Gomita comenzaba a sentir algo más que simple amistad por ella.

Karime, por otro lado, no había notado mucho el interés de Gomita, pero había algo en la manera en que la miraba que la hacía sentir especial, aunque su foco principal seguía siendo Gala. Y como era costumbre, Karime estaba a punto de hacer otro de sus famosos berrinches.

—**¡Gala!** —exclamó Karime con un puchero, cruzándose de brazos dramáticamente—. **Me prometiste que íbamos a entrenar juntas esta mañana, y ahora te estás quedando aquí hablando con Mayito. ¡Es injusto!**

Gala, quien estaba en medio de una conversación relajada con Mayito, suspiró al escuchar el berrinche de Karime. Sonrió con ternura, acostumbrada a los pequeños dramas de su novia, y se levantó para calmarla.

—**Lo siento, amor,** —dijo Gala con una sonrisa—. **Solo fue una charla rápida. Vámonos al gimnasio, ¿sí?**

Pero antes de que Gala pudiera acercarse más, Gomita, que estaba observando la escena desde la otra esquina de la sala, no pudo evitar intervenir. Había algo en los berrinches de Karime que la fascinaba, y antes de pensarlo mucho, se acercó a ella.

—**Oye, Karime,** —dijo Gomita, con una sonrisa algo nerviosa pero sincera—. **Te ves tan hermosa cuando te pones así... con esos berrinches. De verdad, es algo que te hace única.**

Gala, que estaba justo a punto de abrazar a Karime, se detuvo en seco al escuchar las palabras de Gomita. Sintió un pequeño pinchazo de celos recorrer su cuerpo. Gomita nunca había sido tan directa antes, y aunque siempre había tenido una buena relación con ella, esas palabras hacia Karime la hicieron sentir incómoda.

Karime, sin embargo, no notó de inmediato el impacto que había tenido ese comentario. Volteó a ver a Gomita con una sonrisa suave y tímida, sorprendida por el cumplido.

—**¿De verdad crees eso?** —preguntó Karime, todavía haciendo un pequeño puchero, pero con una chispa de diversión en los ojos.

Gomita asintió con entusiasmo, claramente encantada de poder decirle algo así.

—**Claro que sí,** —respondió Gomita—. **Es parte de lo que te hace tan increíble. Ese carácter tuyo... no sé, me encanta.**

Gala sintió cómo su mandíbula se apretaba un poco. Gomita se estaba pasando de la raya, y aunque no quería armar una escena, no podía dejar de sentir una punzada de celos al ver cómo Karime reaccionaba al cumplido. Intentando mantener la calma, Gala se acercó a Karime y la abrazó por la cintura, atrayéndola hacia ella con una sonrisa algo tensa.

—**Bueno, a mí también me encantan sus berrinches,** —dijo Gala, mirando a Gomita con una pequeña sonrisa, pero sus ojos no podían ocultar del todo su incomodidad—. **Es algo que solo yo sé manejar, ¿verdad, amor?**

Karime, sorprendida por la repentina cercanía de Gala, se giró para mirarla, pero notó el tono algo posesivo en su voz. Aunque le encantaba recibir la atención de Gala, también disfrutaba el hecho de que Gomita la halagara. Sin embargo, para evitar cualquier drama mayor, decidió no decir mucho y solo sonrió.

—**Sí, claro,** —dijo Karime, sintiendo el abrazo protector de Gala a su alrededor—. **Nadie maneja mis berrinches mejor que tú, Gala.**

Pero Gomita no se dio por vencida tan fácilmente. Con una pequeña sonrisa, se inclinó ligeramente hacia Karime.

Atracción bajo reflectores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora