Tentación en la suite

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El juego en la casa de los famosos seguía avanzando, y una vez más, Agustín logró ganar una dinámica que le permitía subir a la suite, ese espacio exclusivo que siempre generaba más que simple comodidad. Esta vez, cuando llegó el momento de elegir a su acompañante, no dudó ni un segundo: volvió a escoger a Gala.

Los susurros no se hicieron esperar entre los demás concursantes. Después de lo que había pasado la última vez que Agustín y Gala estuvieron en la suite, muchos se preguntaban qué sucedería ahora. Karime, por su parte, intentaba mantenerse indiferente. Ya había decidido distanciarse de Gala y enfocarse en su propia estrategia, pero aún así, ver cómo Gala aceptaba ir con Agustín de nuevo la hizo sentir una punzada en el pecho. Trató de no dejar que eso la afectara, pero las dudas y el dolor seguían presentes.

Gala, en cambio, estaba llena de confusión. A pesar de los sentimientos que tenía por Karime y del remordimiento por lo sucedido la primera vez, no podía negar que la cercanía con Agustín era difícil de resistir. Él siempre había sido encantador, un jugador inteligente y alguien que sabía cómo manipular sus emociones. Mientras subían a la suite, Gala no podía evitar sentir la tensión en el aire.

Una vez en la suite, Agustín se mostró relajado, charlando sobre el juego, las nominaciones y los posibles aliados que podrían tener. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche, la conversación se fue tornando más personal, y el ambiente comenzó a cambiar.

—No puedo evitar pensar en la última vez que estuvimos aquí —dijo Agustín con una sonrisa traviesa mientras se recostaba en la cama—. Fue... interesante, ¿no?

Gala sintió que su corazón se aceleraba. Sabía exactamente a qué se refería Agustín. Ese beso que habían compartido había sido el detonante de todo el caos con Karime, y aunque lo había lamentado, no podía negar que algo dentro de ella la atraía hacia él. Agustín tenía una confianza y un magnetismo que la envolvían.

—Agustín... —empezó Gala, intentando poner distancia entre ellos—. No podemos repetir lo mismo. Ya sabes lo que pasó después.

—Lo sé, lo sé —respondió Agustín con una sonrisa tranquila mientras se acercaba a ella—. Pero no puedo dejar de pensar en ti, Gala. No quiero meterme en tus asuntos con Karime, pero... lo que pasó entre nosotros fue real. Tú lo sentiste también, ¿no?

Gala intentó mantenerse firme, pero las palabras de Agustín resonaban en su mente. Lo que había pasado en esa suite la primera vez había sido más que un simple error. Había una atracción innegable, una chispa que aún no se apagaba.

—Agustín, yo... no sé qué decir —dijo Gala, sintiéndose atrapada entre sus emociones.

—No tienes que decir nada —murmuró Agustín mientras se inclinaba hacia ella, su rostro cada vez más cerca.

Gala cerró los ojos por un instante, intentando resistir, pero cuando los labios de Agustín tocaron los suyos, todo pensamiento racional se desvaneció. El beso fue intenso, cargado de la misma electricidad que había sentido la primera vez. Era un beso que la arrastraba hacia él, como si el peso de todas las complicaciones y el dolor entre ella y Karime desaparecieran por unos momentos.

El corazón de Gala latía con fuerza, una mezcla de culpa, deseo y confusión. Sabía que estaba cruzando una línea de nuevo, pero en ese instante, con Agustín tan cerca, todo lo demás parecía desvanecerse.

El beso se prolongó, y cuando finalmente se separaron, Gala respiraba con dificultad, sus pensamientos desordenados. Miró a Agustín, quien la observaba con una sonrisa satisfecha.

—Sabía que no podías resistirte —dijo en un tono suave, como si lo que acababa de pasar fuera lo más natural del mundo.

Gala se apartó ligeramente, sus manos temblando. La realidad la golpeó de repente. Había caído nuevamente en lo que había prometido no repetir. Y esta vez, el temor de lo que podría pasar era aún mayor. El martes era el día de cine, cuando las imágenes de lo que sucedía en la casa se mostraban a todos los concursantes. ¿Qué pasaría si volvían a mostrar ese momento? Karime jamás la perdonaría si lo veía.

Atracción bajo reflectores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora