Atracción bajo reflectores

El fin de un capitulo?

El ambiente estaba tranquilo en la casa, cuando de repente Agustín, en uno de sus impulsos, se acercó a Gala y la besó. Todo sucedió tan rápido que Gala no tuvo tiempo de reaccionar, pero justo en ese momento, Karime los vio desde la distancia. Sintió una punzada en el pecho, su sonrisa desapareció y, sin decir nada, dio media vuelta y se dirigió al cuarto.

Una vez adentro, encontró a Briggite sentada en la cama y se dejó caer a su lado, con los ojos brillando de frustración y tristeza.

—¿Qué pasó? —preguntó Briggite, notando el cambio en Karime de inmediato.

—Nada... ya sé que me estoy haciendo ilusiones —respondió Karime, con la voz entrecortada—. Los vi besándose. Gala y Agustín... Creo que lo mejor es que la dejemos hasta aquí, que seamos amigas y ya. No puedo seguir haciéndome daño.

Briggite la miró con empatía, pero también con sorpresa. No esperaba que las cosas llegaran a ese punto tan pronto. Le dio un abrazo y trató de calmarla, aunque las palabras no parecían suficientes.

Minutos después, Gala entró al cuarto, su rostro reflejaba confusión y culpa al ver la expresión de Karime.

—Karime, lo que pasó no fue lo que piensas —empezó a decir, pero Karime la interrumpió.

—No, Gala —dijo Karime con firmeza, aunque su voz temblaba un poco—. No tienes que explicarme nada. Yo creo que lo mejor es que dejemos todo hasta aquí. Seamos amigas, y ya... no quiero seguir así.

Gala quedó en shock. No esperaba que Karime tomara esa decisión tan rápido.

—Pero yo no quiero que solo seamos amigas... —respondió Gala, acercándose lentamente—. No quiero perderte.

Karime negó con la cabeza, tratando de mantenerse firme, aunque su corazón estaba roto.

—Es lo mejor para las dos —susurró, bajando la mirada—. No quiero seguir lastimándome por algo que no tiene futuro.

El cuarto quedó en silencio, solo interrumpido por la respiración pesada de ambas, mientras Briggite observaba en silencio, sabiendo que la situación no sería fácil de resolver.

Gala no podía creer lo que escuchaba. Frente a ella, Karime mantenía una expresión firme, los ojos evitaban mirarla directamente, pero su voz era clara y decidida.

—Ya lo pensé, Gala. Lo mejor es que seamos amigas. No puedo seguir soportando esto. —Karime soltó las palabras como si le quemaran, con el corazón pesado.

—No. —La voz de Gala sonó rota. No podía aceptar lo que Karime decía. Dio un paso hacia ella, intentando acercarse, pero Karime retrocedió.

—Gala, no sigas. Esta vez no voy a cambiar de parecer... —Karime trataba de mantener la compostura, pero sus manos temblaban, luchando contra el deseo de abrazarla y borrar todo lo que había pasado.

—Karime, por favor. No tiene que ser así. —Gala avanzó de nuevo, esta vez más cerca, pero Karime se giró, evitando el contacto. El aire entre ellas se hizo más pesado, lleno de palabras no dichas y emociones no resueltas.

—Ya está decidido. No voy a cambiar, no tan pronto. Esto me duele tanto como a ti, pero no puedo seguir soportando la incertidumbre. No puedo seguir viendo cómo Agustín... —Karime no terminó la frase, no hacía falta. Ambas sabían que la situación había llegado a un punto insostenible.

Gala sintió como si algo dentro de ella se rompiera al escuchar las palabras de Karime. La frustración, el dolor y el miedo se mezclaron en su pecho, pero esta vez no sabía cómo repararlo.

Karime dio la vuelta, cerrando los ojos por un segundo, intentando calmarse antes de que las lágrimas la traicionaran.

Con el paso de los días, Gala y Karime empezaron a encontrar una nueva dinámica. Aunque las cosas ya no eran como antes, ahora intentaban llevarse bien como amigas. Era extraño para ambas, pero poco a poco, la tensión inicial se fue desvaneciendo.