Los aplausos suenan en todos los rincones de la sala mientras la gente se pone en pie para agradecerle. Siguen aplaudiendo hasta que ella baja del escenario.
Poco después, Jihyo sube al podio. -Eso es todo por hoy, que pasen una velada maravillosa y diviértanse
Miro a Gawon completamente hipnotizado. ¿Quién iba a pensar que había tanto más debajo de su superficie?
-Maldita sea, ni en mis mejores sueños imaginé que fuera la fundadora de la mayor organización infantil- murmura Hyunjin, con los ojos desviados entre Gawon y Lya
Lya seguía sentada a su mesa, pero Gawon estaba hablando con unos niños que la habían estado esperando. Uno de ellos era un chico joven y resultaba bastante familiar.
-Lo sé, ¿verdad?- añade Seungcheol, con la expresión de asombro aún dibujada en el rostro
Todavía costaba entenderlo. Era como si tuviera toda una vida secreta de la que yo no me enteraba. Nunca me pierdo nada, pero me perdí por completo toda la vida que tenía Gawon.
Alguien se deja caer en el asiento del que había salido Minho. Me doy la vuelta para mirarles y me encuentro a Jihyo sentada.
-No me hagas caso, estoy agotada... Eres familia de Gawon, ¿verdad?- pregunta y Hyunjin asiente insensiblemente con la cabeza
-Perfecto- no dice nada más, solo coge su tableta y empieza a escribir algo en ella
-Oye- Yeji comienza. -¿No es ese Choi Yeonjun de Tecnologías Choi? ¿Que está haciendo con Gawon? ¿La conoce?
Miro hacia dónde se dirigía su mirada. Era al joven que estaba con Gawon. No me extraña que me resultara tan familiar.
Tecnologías Choi comenzó hace unos dos años. Es el director general más joven y ya se ha hecho un nombre en el mundo de los negocios. Con solo veinte años, ya era todo un éxito. Sus tecnologías eran cada vez más populares y se había ganado un lugar en la mesa de los grandes.
Si yo fuera vanidoso, me habría preocupado de que me quitara el puesto de empresario más importante del país. El chico estaba dando a muchos de los otros hombres de negocios una carrera por su dinero.
-Ah, sí... Es beneficiario de la empresa. Es huérfano y Gawon lo acogió bajo sus alas. Ella es la que notó que es un genio de la tecnología. Ella lo animó a empezar algo con su talento. Cuando se le ocurrió la idea de tener su propia empresa, Gawon lo apoyó. Le dio el capital inicial que necesitaba. Nadie creía en el, a excepción de ella. Ahora si empresa crece rápidamente y le hace ganar millones. Como agradecimiento a Gawon, le dio acciones de Tecnologías Choi. Gawon es la segunda mayor accionista después de el
Otra revelación impactante. La miramos fijamente. Cada uno de nosotros tratando de asimilar lo que nos acaba de decir.
Yeji interrumpe el momento resoplando. -En otras palabras, ¿estás diciendo que se aprovecha de los niños a su cargo para enriquecerse?
Esta vez ya estoy harto de ella.
-¿Quieres dejar de hacer comentarios sarcásticos?- gruño, golpeando la mesa con rabia
La gente se vuelve hacia nosotros, pero no se meten en lo que no les importa cuando les fulmino con la mirada. Yeji me mira como si no me hubiera visto nunca, pero yo ya estaba hasta los cojones de su boca venenosa.
-¿En qué agujero has estado viendo?- le pregunta Jihyo a Yeji con sorna. -Gawon no necesita que nadie la haga rica, la mujer es millonaria
-¿De qué estás hablando?- pregunta Hyunjin
Jihyo se encoge de hombros. -Era rica mucho antes incluso de crear esta especie de empresa. Es solo que le gusta mantener sus cosas en privado y lejos de miradas indiscretas, pero he calculado su patrimonio u la mujer es jodidamente rica. Si estuviera en el ranking de las mujeres más ricas de la ciudad, estaría en el puesto número uno. Así de rica es
Hago cuentas mentalmente. Eso la situaría en el puesto número cinco o seis de las personas más ricas de todo el país. Aún no he salido de mi asombro cuando Jihyo vuelve a hablar.
-Lo que más me gusta de Gawon es lo realista que es. Es tan rica y a la vez tan sencilla. No viste con marcas caras, ni conduce coches caros, ni vive en una casa enorme y cara. Mirándola, no lo sabrías. La menospreciarías y la descartarías
Joder y no es eso lo que hemos hecho innumerables veces. Lo que yo he hecho incontables veces. Incluso cuando le compré un coche, menosprecié el coche que eligió porque pensé que no podía permitirse el último modelo.
No me extraña que rechazara el puto coche. Ese día hice el ridículo. No solo ese día, sino también el día que le dije que aceptara la pensión de divorcio porque pensaba que sufriría ahora que yo no la mantenía.
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