Hola está historia es una adaptación que me gusta mucho el libro es de una trilogía de libros pero está historia en particular es mi favorita..es una historia completamente diferente de las otras que he subido, espero que les llegue a gustar mucho �...
Tenemos que hablar —dije en el receptor tan pronto como él respondió. — Igor Alkaev era un hombre duro. Por suerte para él, comprendía a los hombres como él. Su duro acento ruso me dejó escuchar su desprecio a través del teléfono. —A menos que me estés llamando para concertar tu iniciación en Zakon, no quiero oírlo, Jumpol. —Una pequeña pausa—. ¿Qué quieres? —Creo que dejé las cosas claras. Tu familia no tendría ningún contacto con la mía. Sin excusas. Igor sonaba cansada cuando comenzó con: —Si esto es sobre Lidiya... Por una vez, no se trataba de Lidiya. Lo corté con: —Corinna se acercó a mi hombre hoy. Le oí respirar, pero no habló durante un rato. —Así que, ¿es cierto, entonces? —Él suspiró—. Tenía la esperanza de que Irina y tú superaran sus problemas y se casaran. Mi labio se curvó. —Sé que es lo que querías, pero te he dicho una y otra vez que Irina y yo nunca nos casaremos. Él habló en voz baja, pero era difícil pasar la ira por alto. —¿Quién es el, chico?
Mi mano cayó sobre mi escritorio con un áspero golpe que resonó a través de la habitación. Me puse de pie y gruñí al teléfono: —No es de tu incumbencia. Igor disfrutó de mi repentino arrebato y trató de alimentarlo. —Algunos de mis hombres dicen que se parece a un ángel. Que su belleza es inigualable. Tal vez tendría que conocer a esta persona. Gruñí, pero él continuó: —¿Estás seguro de que no prefieres casarte con Irina? —Él podría llegar a ser tan aburrido—. Harías bien en recordar mi promesa, Off. Sería una lástima que Nirim desapareciera con su madre. Ya sabes cómo puede ser Irina. Tan frívola. Lo único que tendría que hacer es ponerla en un avión con su hija y… Mi furia se levantó y lo interrumpí con un grito: —Es mi hija. Lidiya es mi hija. Irina no fue más que una vasija. —Mi voz temblaba de ira—. Irina no es apta para llamarse a sí misma madre, y voy a esperar el tiempo que sea necesario hasta el día que Lidiya vuelva a su casa, aquí, conmigo. Igor chasqueó la lengua. —Ese resentimiento. —Luego suspiró—. Entiendo tu preocupación Jumpol, pero Irina no es el monstruo que pareces pensar que es. Puede que no sea muy maternal, pero ama a Lidiya. Todos amamos a Lidiya. Mis ojos se cerraron y tragué saliva. Tuve que recordarme a mí mismo que Irina era una buena actriz y podía mentir tan bien que incluso Sasha estuvo sorprendido por el repentino giro en su carácter. Igor no sabía quién era su propia hija. Si él supiera. Sabría muy pronto. Todos ellos lo harían. Mirella era buena en su trabajo y yo no quería precipitar la situación. Cuando vas con prisa, te vuelves descuidado, y si Irina pensara por un segundo que tengo un plan, desaparecería en la noche con mi bebé. No podía dejar que eso sucediera. Lidiya era mi mundo, y si la alejaran de mí, no sé lo que haría. Esta conversación me estaba dando un dolor de cabeza. —Dile a Corinna que se mantenga alejada. Igor respondió con un desinteresado: —Hablaré con ella. —Luego colgó. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Todos los días lejos de mi niña eran una muerte dolorosa. La necesitaba. Ella era la única cosa que había hecho bien en toda mi vida. Ella era la prueba de que incluso la persona más dañada del mundo, podía producir algo especial.
Espera. Sólo espera. Cerré los ojos y sacudí la cabeza. No. Había terminado con la espera. Pero era demasiado pronto. Si sentía que tenía fuerzas para esperar más, lo haría, pero había pasado demasiado tiempo ya. Necesitaba a mi hija. Marqué el número y sostuve el teléfono en mi oreja. Mirella respondió con un feliz: —Hola, Sr. Off. ¿Qué puedo hacer por usted? —Te necesito para acelerar las cosas. Habló en voz baja: —¿Cuánto tiempo tengo? —Una semana —le respondí. No podía esperar mucho más. Ella dijo con confianza: —Considérelo hecho, Sr. Off. —Dale a Lidiya un beso de mi parte, ¿quieres? Ella susurró su respuesta. —En una semana, podrá dárselo usted mismo.
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