Capítulo 22

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Días después...

Desde hace cinco días, el mismo tiempo que llevo de saber mi estado de embarazo, Jackie y yo abandonamos el hogar de Borch. Nuestro nuevo hogar era el penhouse de Landon, un espacio lujoso y hermoso, pero con un tinte frío que no lograba hacerme sentir a gusto.

Un sentimiento que, al parecer, comparto con Patrick, la primera y única vez que subió fue el día en que me trajo. En adelante, se ha negado a ingresar al lugar. Evadiendo el ingreso bajo el alegato que la ciudad lo está asfixiando. El mayor de los Giles, aseguraba que unas semanas más, y el que tendría que ser intervenido en una clínica sería él.

Era evidente que todo se derivaba por tener que cuidar de su padre, un hombre al que no se molestaba en ocultar su molestia, por tener que cuidarle. El que ocultara el verdadero origen de Jake, contribuyó en gran medida a que su enojo aumentara.

Con Jake avanzando a pasos agigantados, a su recuperación y su padre siguiendo el mismo rumbo, tomé la decisión de hacerme cargo a los asuntos pendientes de la empresa. Dirigirla me dejaba el sabor amargo a la derrota. No puedo, por más que así lo deseé, olvidar que una de las razones por las cuales hui de casa fue esa empresa.

Mi respiración es lenta y pesada cuando empiezo a deslumbrar la reconocida avenida en donde está la empresa de papá. Con una de mis manos aferrada al maletín de papá y la otra apretando con fuerza el móvil, el afiche en letras doradas "Montgomery Company" empieza hacerse más nítido.

Me encantaría saber que lo motivó a hacer este cambio en la herencia. Si fue su forma de hacerme entender que él contaba con la última palabra o existía algo más que no estaba viendo.

Con una bebé por conocer, otro en camino y mi reciente matrimonio, esta empresa se convertiría en una pirámide de problemas.

Mi mirada se aleja del logotipo y cae en el móvil en mis manos. El desbloqueo mostrará la bandeja de entrada de los mensajes recibidos. Tres y en cada uno de ellos con un mensaje de condolencia por las pérdidas de diferentes personas. La ausencia de remitente, no hace más que aumentar el pánico, ese que por estos días ha aumentado niveles desastrosos.

Con un largo suspiro abro el maletín y lo guardo en el interior. Sé que debo tomar una decisión al respecto, por el momento no se me ocurra nada. Leí los primeros, los demás los dejé en visto.

Seguir el remitente no conducirá a nada, mi padre lo intentó hace tiempo, sin éxito. Recurrir a las autoridades tampoco, ese rubro también fue cubierto por papá y constatado por mí. Una investigación fugaz, sin mucho protocolo, señalaría un móvil descartable.

"Los bromistas sin vida, ni ocupación, pululan, la gran mayoría son inofensivos. Ignórelos y dejarán de acosar." Fue lo que en su momento me dijeron, a mi padre efectuaron un diálogo más personal y amistoso, con el mismo resumen.

No hay manera de que las amenazas se cumplan, me lo he repetido una y mil veces. Mi bebé jamás ha tenido tanta atención y cuidado como en estos días. Landon se encuentra en una de las mejores clínicas de la ciudad, Jaken lo darán de alta en unos días y los Mallory, han contratado los servicios de seguridad.

Senna Sanders es solo un mal capítulo en nuestra vida, que se niega a permitirnos pasar la página. Se trató de la manera que tuvo el universo de hacernos más fuertes.

"Ignorar" es lo que hago en este momento mientras busco un tiempo libre para hablarlo con el señor Rogers. Si alguien sabrá qué hacer es él.

—Hemos llegado —la voz del chofer me saca de mi pensamiento obligándome a dar un vistazo al edificio.

Mientras el chofer rodea el auto, acomodo mi bolsa en los hombros, y me preparo para el primer día en la empresa. La tarea fiscal de los abogados ha llegado a su fin, me correspondía a mí tomar las riendas.

Un príncipe BastardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora