Capítulo 22

1.2K 129 77
                                    

Holaa! Me esforcé demasiado para poder crear este capítulo, por eso me merezco al menos un comentario de su parte. Necesito saber si les gusta los personajes, que odian de ellos, que les gusta de la historia, teorías, qué esperan.  No solo que me pidan actualizar porque estoy consciente de eso, chicas. 

También para los que votan únicamente, en serio, un comentario significa mucho. Para los lectores fantasmas, espero se animen un día darme un me encanta. 

Para nosotros los escritores, sus comentarios es la palanca para poder crear capítulos. La semana pasada estaba mega ocupada y desmotivada, pero de igual manera les regale un capítulo. 

Se han unido nuevos lectores. ¡Estoy emocionada por el avance que está teniendo la novela!

Xoxo, Edith Bermejo. 

Capítulo 22

Mónica

Las declaraciones eran más afiladas que las verdades.

El agua del mar golpea mi rostro. Y eso solo hizo verme como idiota. En cambio, Calix se fue nadando como todo un ser superior y poderoso. Solo fui tras de él. Me tomo minutos llegar hasta la orilla. Él permanece con las manos cruzadas sobre su pecho, me mira detenidamente y atento a mis movimientos, como un lobo. Mi descripción hacia él siempre será de un lobo hambriento que quiere devorarme.

—¿Quieres ir a una fiesta? —Me pregunta, y yo solo puedo mirar las gotas de agua escurriendo por su cuerpo.

Asiento intentando desviar mis ojos.

—Claro —levantó mi vista y lo miró sonriendo —¿Qué tipo de fiesta?

Él se encoge de hombros.

—Es una fiesta que organizó la Orden Demon para anunciar una alianza importante.

Calix me está invitando a una fiesta privada de su mafia. Él confía en mí. Y eso me provoca mucha dopamina. Sonrió al pensar acompañando de la mano al don más importante de Europa.

—¡Necesito un vestido de noche! —grito y pienso rápidamente en qué tipo de vestida puede ser perfecto para la ocasión.

Calix niega con la cabeza. —Sabía que dirías eso —. Toma las prendas que dejo en la arena. —Vamos a comprarlo.

Y entonces se me engancho una gran sonrisa de felicidad.

Ambos entramos a la casa. Al parecer ya no se encuentra nadie más. No hay señas de Elián, ni Agatha, ni Adonis. La casa permanece en completo silencio.

Subimos a la habitación.

Cuando intento entrar al baño, me detengo. Recuerdo que Calix también está detrás de mí, y me detengo firmemente. Giro y lo encuentro observando mi trasero y piernas, descaradamente.

—¿Se te perdió algo? —pregunté enojada.

No se inmuta.

—¿En qué momento dejas de hablar y te desnudas? —cuestiona irritado.

—Cuando dejes de acosarme y pueda tomar mi ducha tranquilamente.

Pone los ojos en blanco.

—Como si no te hubiera visto sin ropa.

Me pongo roja como un tomate.

—Eres un imbécil —Abro la puerta del baño y la cierro inmediatamente con seguro.

....

—¿Sabías que me encontré a Charlie Puth en un bar de Los Ángeles? —dije mientras le doy un sorbo al ice coffe que me compró, sosteniendo la gran bolsa con el vestido negro de noche. Calix carga las bolsas con mis tacones, maquillaje y accesorios.

Destrúyeme, cariño (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora