Capítulo 12

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Esta canción es perfecta para Calix! Cuando vi la traducción dije: Omg! 

Nos vemos el viernes con los 2 capítulos :) sigan comentando y votando.  Aunque no lo crean, estos capítulos, pueden ser cortos y pocos,  pero te llevan muchísimo tiempo en inspirarse, imaginarlos y redactarlos. 

Xoxo, Edith Bermejo.

Capítulo 12

Mónica

Él rompió el beso bruscamente. Sentí un ligero cosquilleo en los labios, siendo liberados por los de él, haciéndome sentir nuevamente como una mujer sola y olvidada por el mundo.

Calix, tomó mi barbilla, y me dio un suave beso sin cerrar sus ojos. Mis ojos tampoco estaban cerrados. Sintiendo este besos mucho más íntimos y salvaje. Me sentía hechizada por su mirada y su efecto embriagador en mí. Su rostro cautivador. Esa barba espesa e indómita que oculta parte de su rostro apuesto.

Se apartó de mí, y me dejo balanceándome precariamente. Quedé estupefacta cuando él da vuelta alrededor de su escritorio y se sentó. Dando palmaditas en su pierna, me hizo señas para que fuera hacía él, uniéndome a su misteriosa provocación.

Sentía que los nervios me consumirían, pero no quise que él se diera cuenta. Me paseé lentamente, disfrutando un poco que sus ojos me observaban cuando balanceaba mis caderas.

Finalmente, al llegar a él, me tomó de la mano, tirándome por encima de su regazo. Intenté retener un grito de sorpresa que salió de mi boca sin siquiera avisarme con anticipación. Me apalanque a mí misma para erguirme, pero su mano sobre mi espalda, me inmovilizó. Su mano en mí espalda, aún con la ropa entre su toque y mi piel, se sentía tan completamente oscurecido, asombrado y caliente.

Su otra mano trazó círculos por la parte trasera de mi muslo. Mi posición vulnerable aumentó la emoción que tronaba a través de ella por el hecho de tener sus dedos sobre mi piel. Sus manos ásperas y duras. Esas manos que habían apretado el gatillo de un revolver más de una vez. Esas manos que probablemente fueron utilizadas para asesinar a alguien. Se sentían tan amargamente delicioso. Quemaba tanto que me causaba querer derretirme bajo su toque.

Lentamente, sus dedos continuaron subiendo hasta que se establecieron bajo mi falda, rozando la curva de mi trasero, provocando que yo me estremeciera de un placer que jamás había experimentado en lo absoluto. Inesperadamente, su mano dejó mi espalda y levantó mi falda mientras la otra comenzó a bajar mi ropa interior. Oh, mierda. Cómo nunca pensé que un hombre fuese a llegar tan lejos, estaba usando unas bragas de algodón de hello kitty y estaba semidepilada. No sabía que mierda estaba sucediendo ni en qué momento debía parar toda esta la locura, pero mi mente, me susurraba que me dejase llevar un poco más.

El aire frío recorrió mi trasero desnudo. Su caliente palma rozó mi piel trigueña. Mis ojos se cerraron por aquella sensación tan asquerosamente exquisita.

—Mierda —Mis parpados se abrieron de golpe cuando su mano golpeó mi trasero, el chasquido de la carne golpeando carne reverberó a través de la habitación.

Apenas tuve el tiempo suficiente para recuperarme de la sorpresa y conmoción cuando nuevamente golpeó mi trasero tan duro que me hizo gritar. Su mano descendió fuertemente, provocando un dolor agudo y escozor en mis nalgas. Un gemido de queja salió de mis labios. Él simplemente continúo repitiendo la acción, descendiendo cada vez más fuerte y doloroso. Y aún que era tan doloroso, mi vulva estaba humedeciéndose con cada bofetada. Latía con cada azote. Un movimiento involuntario se hizo presente en mi cuerpo: mi trasero se elevaba para encontrarse con sus azotes.

El juego comenzó a cambiar un poco. El demonio griego comenzó a variar los golpes, nunca golpeando mi trasero en el mismo lugar más de dos veces. A veces, se detenía por un instante, dejándome esperar con ansiedad, y después, su mano precipitaba nuevamente, con la fuerte palmada zumbando mis oídos, volviéndolo mi melodía preferida. Él me golpeó con ardor, gruñendo ante mi reacción, hasta que estuve segura de que mi parte inferior se entumecía por completo, dejándome casi desplomada.

Destrúyeme, cariño (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora