Capítulo 25

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Nota:  Sí, perdón. Me desaparecí, pero hasta  me fueron a buscar a tiktok e insta.  Yo había prometido dos capítulo el domingo pasado, pero duré desde esa vez que publiqué en la bandeja hasta este viernes sin poder acceder a mi cuenta, estuve ocupada para poner a investigar como recuperarla, porque no me sabía la contraseñaaaaaa, y casi muero, pero pude. Y aquí estamos nuevamente.  El sabado cumpli años porque lo no pude publicar,  y no pensaba hacerlo hoy para darles otros dos capítulo como maratón, pero estos dos capítulos me tiene loquisima, y supe que ni ustedes y que ni yo ibamos a poder soportar hasta el miercole, así que prometido es deuda, dije que habría dos capítulo en domingo, pero no especificamos cuál, okay?

Xoxo, Edith Bermejo

Capítulo 25

Calix

Necesito a alguien que me saque de este amor amargo
El sabor en mis labios cada vez que nos besamos, no puedo conseguir suficiente
El cielo sabe que he intentado
Pero parece que nunca puedo renunciar a ti
Supongo que estoy loco
Así que ve a la cabeza y sírveme otro

-Pia Mia

Capítulo 25

Calix

—¿Qué cicatrices? —dijo, mirando su mano derecha, y luego hacia mis cejas. Es lo que hacía cuando mentía.

—Las vi.

Ella niega rápidamente.

Mónica García.

La subestimé demasiado pronto. Era una mujer con muchas capas a su alrededor, secretos y temores. Recuerdo que me dijo que éramos parecidos, pero me negué a creer que lo fuéramos. Su personalidad tan leal, cariñosa y juguetona solo me hacía creer que era una heredera que fue mimada, pero me equivocaba.

Y no me gustaba el hecho de que fuera como yo.

—Es algo de lo que no quiero hablar nunca más —dijo con voz temblorosa. Sus ojos se cristalizaron, y desvió la mirada, evadiéndome nuevamente, como lo suelo hacerlo cuando algo la incómoda o la asusta.

—Por favor —susurré en su oído, pasando las yemas de mis dedos en su mejilla —, necesito que me digas. Déjame ayudarte, nena. Permítemelo. Si no me lo dices, no puedo hacer absolutamente nada por ti.

Volvió a negar con la cabeza.

—No necesito ayuda... es parte de un pasado que no quiero volver a recordar.

Apreté la mandíbula.

Mónica era tan cabeza hueca. Desde que nos conocimos no paraba de mentirme sin sentido. Y ahora había descubierto que no dejará de ocultarme su pasado que me temo que la destruyó en algún punto de su vida. Las cicatrices que ocultó bastante bien son la evidencia clara. Era tan obvio que cualquier heredero viene de un entorno violento, sin embargo, el haber visto esas marcas en su cuerpo... me encabronó de una manera en la que me obligó a desear quemar su pasado, y borrar esos rastros tan jodidamente abrumadores.

—Bien —dije. Y me alejé por completo de ella —. No voy a obligarte a que me lo digas.

Soltó el aparentemente aire que estaba reteniendo—Gracias.

Asiento, disgustado.

—Vamos a pelear. Está vez ya no será un simulacro. Quiero que te defiendas con lo que te enseñé. Quiero que me demuestres que al menos puedes soltar una patada y echarte a correr, como si en este instante tu vida dependiera de que tan ágil puedes ser.

Destrúyeme, cariño (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora