Capítulo 3

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PRIMERO QUE NADAAA! MUCHAS GRACIAS POR LA ACEPTACIÓN TAN HERMOSA EN LOS GRUPOS DE WATTPAD DE FACEBOOK! Creo que perdí mucho tiempo por lo tonta que fui, olvidé por completo que publiqué promoción en varios grupos, me fui al gym, y cuando estaba descansando que me doy cuenta de tantos comentarios jajajaja y ni siquiera terminé la rutina por correr a contestarles! Tristemente facebook me limitó los comentarios! EL UNIVERSO SE BURLA DE MÍ, PERO DE TODOS MODOS ESTOY COMPLETAMENTE FELIZ POR ESTO! SEGUIRÉ PELEANDO HASTA LOGRAR AL MENOS 100,000! MI SUEÑO ENORME ES EL MILLÓN, PERO POCO A POCO!

Agradezco la preferencia y se viene maratones...


CAPÍTULO 3

Calix

Primer puto día en este maldito kínder para niños mimados de la mafia. Esto era un juego bien hijo de puta. Ni siquiera el día se había completado para poder llamarlo como tal y ya le había disparado a un bastardo ruso. La primera cosa que no debía hacer y ya la hice. No obstante, no me arrepentía de absolutamente nada. Se lo merecía y más por tratar de creerse un hijo de puta inteligente. Pude haberlo masacrado con mis propias manos, pero no quise. El cuerpo pequeño y delicado tras de mí me obligó a permanecer en mi lugar y tratar de terminar con esa absurda situación.

Mónica García.

Era ella, la hija de Antonio García, el jefe del cartel más importante de Tijuana. Mi único aliado que me conectaba con los carteles mexicanos. El imbécil que seguramente en cuanto lo tuviera frente a mí no duraría en meterle un balazo. Vagamente recuerdo haber visto su foto entre mis documentos confidenciales de la princesa mexicana. Adonis me dio una lista detallada de cada uno de los hijos de los Don de las mafias que tenían alianzas conmigo, y, a los cuales, les daría la información más importante y confidencial de arduo trabajo que me llevó a donde estoy parado ahora.

Pero que jodida mala broma de parte de mi puto subjefe.

La foto que me enseñó era de una niña entre sus catorce o quince años de edad. Ahora no existía ni rastro de esa niña. La Mónica García que tuve frente a mí era una jodida cosita hermosa y exquisita, que me hizo querer saborearla y explorarla en territorios nunca antes conocidos para ella.

Cuando la vi me sorprendió con esos ojos de color verde delineados con Kohl. Ese puto y hermoso cabello oscuro azabache en ondas largas bien hechas y su piel trigueña y su rostro de cien mil megavatios. Uno rostro increíblemente cautivador y armonioso. Sus labios. Demonios, esos labios. No pude apartar los ojos de ellos, y la polla flácida de mis vaqueros se volvieron aún más impacientes. Mi polla no había visto ninguna acción durante demasiado tiempo y no debió alegrarse aún más cuando comencé a jugar a las luchas con la puta princesa de la mafia mexicana. Era un maldito y cagado problema. Pero no me impedía en jugar al médico e inspeccionarla de pies a cabeza, como si fuera una extraña criatura. Una criatura que seducía mi polla en momentos inoportunos. Sus jodidas piernas largas y un cuerpo de fantasía de pin-up. Tiene el cuerpo de una modelo sin gracia. En mi parecer lo único que la diferenciaba entre todas ellas eran sus tetas grandes. Esas deliciosas cositas se veían meramente naturales. Lo noté cuando intenté forcejarla. Me la ponía aún más dura saber que no había plástico en esas dos. Me imaginaba chupándolas a cada una y sentir su relleno cien por ciento real.

A Esa idea me costaría una jalada por media hora.

Pronto en cuanto la vi asustada por otros sujetos que no fuera yo, me puse furioso. Odiaba sentir que su cuerpo temblaba por un par de imbéciles que simplemente querían jugar a ser los jefes. Esos idiotas estaban lejos de ser unos verdaderos líderes para su propia familia. Me enfurecía por el simple hecho de pensar que la atormentaron por un instante y la hicieron pasar angustia alguna.

Destrúyeme, cariño (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora