Capítulo 26

44 5 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ɴᴏ ᴛᴇ ꜱɪɢᴀꜱ ᴀʟᴇᴊᴀɴᴅᴏ, ɴᴏ Qᴜɪᴇʀᴏ Qᴜᴇ ᴇꜱᴛÉꜱ ꜱᴏʟᴀ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ɴᴏ ᴛᴇ ꜱɪɢᴀꜱ ᴀʟᴇᴊᴀɴᴅᴏ, ɴᴏ Qᴜɪᴇʀᴏ Qᴜᴇ ᴇꜱᴛÉꜱ ꜱᴏʟᴀ.

Me duele tanto pensar que, después de ese día, no supe mucho de ti durante meses

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me duele tanto pensar que, después de ese día, no supe mucho de ti durante meses. Lo último que supe fue que ingresaste a RAÍZ, y después desapareciste por completo. Recuerdo que unos meses después, apareciste completamente exhausta en la puerta de mi casa. Creo que empezaré por ahí.

Era tarde, ya había caído la noche y las calles de Konoha estaban vacías. Recuerdo haberme sentido inquieto sin razón aparente, como si algo me faltara. Estaba a punto de apagar las luces cuando escuché unos golpes suaves pero insistentes en la puerta. Al principio, dudé si era real, pero cuando se repitieron, más fuertes esta vez, me acerqué con cautela.

Al abrir la puerta, no esperaba encontrarte ahí.

-Jin... -Mi voz casi no salió, atrapada entre la sorpresa y la preocupación. Allí estabas tú, apenas en pie, respirando con dificultad. La oscuridad de la noche acentuaba las sombras bajo tus ojos y la palidez de tu piel. Parecías tan frágil, tan... rota.

Tus piernas cedieron antes de que pudiera reaccionar, pero te alcancé justo a tiempo, atrapándote en el aire. El peso de tu cuerpo contra el mío, completamente exhausto, me llenó de una preocupación abrumadora. Sentía tu pulso acelerado, el temblor en tus manos. Algo andaba terriblemente mal.

-¡Jin! -La levanté con cuidado, llevándote adentro y recostándote en el sofá. El sudor empapaba tu frente y tu respiración era errática. Toqué tu rostro, intentando que reaccionaras-. ¿Qué te pasó?

Pero solo murmuraste algo ininteligible antes de que tus ojos se cerraran, rendida al agotamiento.

Pasaron minutos, que parecieron eternos, mientras te observaba en silencio, tratando de mantener la calma. Mi mente iba a mil por hora, preguntándose qué había pasado. El simple hecho de verte así, sin fuerzas, me inquietaba más de lo que quería admitir. Sabía que habías estado trabajando con RAÍZ, pero jamás imaginé que te llevarían al límite de esta manera.

Cuando despertaste, tus ojos se abrieron lentamente, desorientada. Me arrodillé junto a ti, dispuesto a buscar respuestas.

-Jin, ¿qué te hicieron? -pregunté, mi voz baja pero cargada de preocupación. El miedo a lo que pudieras haber vivido me consumía.

Te reincorporaste con dificultad, apartando mi mano con suavidad, pero con determinación. No querías contacto, eso era claro.

-No importa, Kakashi -susurraste, intentando mantener la compostura-. Estoy bien.

Me incliné un poco más hacia ti, insistente, intentando conectar de alguna forma.

-No estás bien, Jin. ¿Qué sucedió allá afuera? ¿Por qué no me has dicho nada en todos estos meses?

Tus labios se apretaron en una línea fina, y tu mirada se endureció. Esa misma barrera que habías construido, esa frialdad con la que te protegías, volvió a cubrirte como una máscara impenetrable.

-No quiero hablar de eso -respondiste con un tono cortante, desviando la mirada-. No es importante.

Intenté contener mi frustración. Era obvio que algo terrible había sucedido, algo que no querías compartir, pero no podía dejarlo pasar tan fácilmente.

-Jin, solo quiero ayudarte -dije, mi voz bajando un tono-. Puedes confiar en mí.

Pero tus ojos, vacíos y distantes, me dijeron todo lo que necesitaba saber: No ibas a dejarme entrar. No esta vez. Te apartaste, enderezándote con esfuerzo.

-Estoy bien. Solo necesito descansar -repetiste, cerrando cualquier posibilidad de continuar con la conversación.

Sentí el peso de mi propia impotencia caer sobre mí. Ver a alguien que me importaba tanto cerrarse de esa manera, sin dejarme ayudarla, me rompía por dentro. Pero sabía que empujar más no haría nada. Así que simplemente asentí, aunque por dentro todo en mí gritaba.

-Descansa, Jin. Estoy aquí si necesitas algo -le dije, intentando sonar calmado a pesar de que por dentro estaba en guerra.

Te quedaste en silencio, recostada, con los ojos cerrados. Y aunque estabas en mi casa, bajo mi techo, me sentí más lejos de ti que nunca.

 Y aunque estabas en mi casa, bajo mi techo, me sentí más lejos de ti que nunca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
My Electric Love; Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora