Capítulo 35

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ᴀ ᴠᴇᴄᴇꜱ, ᴅᴇᴄɪʀ ᴀᴅɪÓꜱ ᴇꜱ ᴍÁꜱ ᴅɪꜰÍᴄɪʟ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ꜱᴀʙᴇꜱ Qᴜᴇ ɴᴏ ᴘᴏᴅʀÁꜱ ʀᴇɢʀᴇꜱᴀʀ ᴘʀᴏɴᴛᴏ

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ᴀ ᴠᴇᴄᴇꜱ, ᴅᴇᴄɪʀ ᴀᴅɪÓꜱ ᴇꜱ ᴍÁꜱ ᴅɪꜰÍᴄɪʟ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ꜱᴀʙᴇꜱ Qᴜᴇ ɴᴏ ᴘᴏᴅʀÁꜱ ʀᴇɢʀᴇꜱᴀʀ ᴘʀᴏɴᴛᴏ

ᴀ ᴠᴇᴄᴇꜱ, ᴅᴇᴄɪʀ ᴀᴅɪÓꜱ ᴇꜱ ᴍÁꜱ ᴅɪꜰÍᴄɪʟ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ꜱᴀʙᴇꜱ Qᴜᴇ ɴᴏ ᴘᴏᴅʀÁꜱ ʀᴇɢʀᴇꜱᴀʀ ᴘʀᴏɴᴛᴏ

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Me hubiera gustado que las despedidas fueran más fáciles, pero sabía que no sería así

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Me hubiera gustado que las despedidas fueran más fáciles, pero sabía que no sería así.

Los días previos a mi partida los pasé en silencio, metódicamente organizando lo necesario. Cada cosa tenía su lugar, cada paso era una rutina calculada. Las mochilas estaban listas, revisadas dos veces, asegurándome de no dejar ningún detalle al azar. El acto de prepararme para una misión siempre había sido algo casi terapéutico, algo que me permitía despejar la mente. Pero esta vez, el silencio se sentía más pesado, como si arrastrara algo más que equipo.

Mi mente divagaba mientras doblaba un mapa con cuidado, y un recuerdo vino a mi mente: Naruto, con su sonrisa grande y su risa infantil, corriendo por las calles de la aldea. A lo lejos, lo observaba desde las sombras, asegurándome de que estuviera a salvo, aunque él nunca supiera que estaba ahí.

—No puedo creer lo mucho que ha crecido —murmuré, casi en un susurro, como si admitirlo en voz alta lo hiciera más real.

Minato solía hacer lo mismo. Cuidaba de todos nosotros desde las sombras, siempre un paso adelante, siempre preocupado por cada uno de los suyos. Recordé la última vez que hablé con él antes del ataque del Nueve Colas. "Cuida de Naruto, si algo sale mal", me había pedido. Su voz resonaba en mi cabeza, un eco que nunca desaparecía.

Suspiré y sacudí la cabeza. No era momento para recuerdos. No podía permitirme el lujo de distraerme. Sabía que, para esta misión, necesitaba estar completamente enfocada. No podía dejar que mi mente divagara, que mis emociones se interpusieran. Pero por más que lo intentara, sentía cómo la culpa y la nostalgia comenzaban a filtrarse en los bordes de mi autocontrol.

Golpes suaves en la puerta interrumpieron mis pensamientos. Abrí lentamente y me encontré con Guy, quien tenía esa misma expresión seria que rara vez mostraba.

—¿Todo listo? —preguntó sin preámbulos.

Asentí. —Solo terminando los últimos detalles.

Guy se apoyó en el marco de la puerta, cruzando los brazos. Sabía que quería decir algo más, pero no encontraba las palabras. Durante unos segundos, ambos permanecimos en silencio, un silencio tenso que ninguno de los dos quería romper.

—Me enteré de que la misión será larga —dijo finalmente, con una voz más grave de lo habitual—. No he tenido la oportunidad de despedirme antes... pero quería decirte que... cuídate. No importa cuánto tiempo estés fuera.

Levanté la mirada, sorprendiéndome por un instante de su tono. Guy, siempre ruidoso, siempre optimista, de repente parecía más consciente de la realidad. No pude evitar sentir una punzada en el pecho.

—Lo haré —respondí, casi con frialdad. Sabía que estaba construyendo una barrera, una distancia que necesitaba para no mostrar la debilidad que sentía. Él también lo notó.

—Lo dices, pero no lo crees —murmuró con una pequeña sonrisa. —No intentes hacerlo todo sola, Jin.

Me mantuve en silencio, desviando la mirada de nuevo hacia el equipo que estaba organizando. Sabía que sus palabras llevaban verdad, pero no estaba lista para aceptarlo.

Finalmente, después de unos segundos más, Guy se despidió y cerró la puerta detrás de él, dejándome nuevamente en el silencio. Pero ya no era el mismo silencio de antes. Ahora estaba cargado de emociones no dichas, de despedidas a medias.

Me senté por un momento, mirando el mapa que tenía frente a mí. Sabía que esto sería lo último que vería de la aldea en mucho tiempo. No sabía cuánto, pero el Tercer Hokage había sido claro: "Tómate tu tiempo, no regreses hasta que lo hayas encontrado."

Naruto... Kakashi... La aldea. Los dejaría atrás, y aunque sabía que debía hacerlo, una parte de mí no estaba lista. Me levanté con determinación. Tenía que continuar. La misión era lo más importante. Todo lo demás... podía esperar.

 podía esperar

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My Electric Love; Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora