My Electric Love; Kakashi Hatake

Capítulo 2

ᴇʀᴇꜱ ʟᴀ Úɴɪᴄᴀ ᴘᴇʀꜱᴏɴᴀ ᴀ ʟᴀ ᴄᴜᴀʟ ᴍᴇ ɢᴜꜱᴛᴀʀÍᴀ 

ᴄᴏɴᴏᴄᴇʀ ᴜɴᴀ ʏ ᴍɪʟ ᴠᴇᴄᴇꜱ ᴘᴏʀ ᴘʀɪᴍᴇʀᴀ ᴠᴇᴢ. 

Recuerdo que unas semanas antes de tu llegada, todo se había ido al carajo. Rin había muerto y Obito igual. Los había perdido para siempre y yo no había hecho nada para evitarlo. En ese entonces, me echaba la culpa de todo. Recuerdo bien que Guy había hecho hasta lo imposible para lograr sacarme siquiera una pequeña sonrisa o carcajada, pero nada. Todo cambió cuando nos conocimos. Nunca voy a olvidar a la chica rubia hiperactiva que me tumbó al piso por estar corriendo sin poner atención...

Caminaba hacia mi casa, acababa de dar mi informe de misión al Hokage. No voy a mentir, iba distraído, mi mente divagaba en las imágenes de mi equipo muriendo frente a mí.

—¡Jin! Deja de correr, chocarás con alguien —La voz de Minato Sensei hizo que levantara mi mirada y, cuando menos pensé, sentí mi cuerpo rebotar contra el piso.

—Ay, lo siento, lo siento, de verdad lo siento, no era mi intención chocar contigo...

—Kakashi.

—De verdad lo siento, Kakashi, no estaba fijándome por dónde iba. —Dijiste para levantar tu mirada a mis ojos, mientras extendías tu mano para ayudarme a levantarme del piso. Miré esos ojos azules tan profundos como un océano con un brillo único que parecían pequeños rayos.

Tomé tu mano y me levantaste de un jalón.

—Jin, ¿qué te dije?... Oh, hola Kakashi, lamento que hayas chocado con mi hermana, y también que bueno que estés por aquí, déjame presentó. Kakashi, ella es mi hermana menor, Jin Namikaze, Jin, sé buena y salúdalo.

—Un gusto conocerte, Kakashi, lamento que nos hayamos conocido de esta manera tan peculiar. —Soltaste una pequeña risa para después sonreírme.

—Hola —Dije indiferente mientras miraba a otro lado. Vaya idiota era.

Recuerdo que te inclinaste un poco hacia mí buscando mi mirada, en un movimiento torpe volviste a caer al piso. No pude evitar pensar "qué tonta". Para mi gran sorpresa, te soltaste a reír a carcajadas, contagiando a Minato que te preguntaba si estabas bien entre risas. Verlos reírse a los dos juntos, saber cómo tomabas lo malo y lo convertías en algo bueno, me dio energía e inevitablemente no pude evitar soltar una pequeña risa acompañada de una sonrisa segundos después. Vaya chica tan particular, pensé mientras veía cómo te levantabas y te despedías de mí para después irte con Minato.