Capítulo 11

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ɴᴏ Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ Qᴜᴇ ʏᴀ ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴀ ᴠᴇʀ ᴛᴜ ꜱᴏɴʀɪꜱᴀ

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ɴᴏ Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ Qᴜᴇ ʏᴀ ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴀ ᴠᴇʀ ᴛᴜ ꜱᴏɴʀɪꜱᴀ

ɴᴏ Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ Qᴜᴇ ʏᴀ ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴀ ᴠᴇʀ ᴛᴜ ꜱᴏɴʀɪꜱᴀ

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Me gustaría no recordar tan bien ese día

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Me gustaría no recordar tan bien ese día.

Corría por la aldea, esquivando gente. La preocupación me comía vivo. Estaba hace menos de un segundo con Minato Sensei en su oficina cuando uno de los guardias de la aldea nos dijo que entraste por la puerta a toda velocidad cargando en tu espalda a tu compañero malherido. La noticia cayó como un rayo, y Minato y yo salimos disparados hacia el hospital sin perder un segundo.

A cada paso, el pánico crecía. Mi mente no paraba de conjurar imágenes horribles de lo que podría haber pasado. Recordé el sonido de los gritos en el campo de batalla, la sangre y el olor a metal que impregnaba el aire. No podía dejar de pensar en lo peor, y eso me daba fuerzas para correr más rápido, como si mi vida dependiera de ello. En cierto modo, así era.

Al llegar al hospital, el caos reinaba. Los médicos y las enfermeras corrían de un lado a otro, atendiendo a otros heridos. Pero mis ojos solo buscaban una cosa: a ti. Fue entonces cuando te vi, justo a la entrada, cayendo desmayada en los brazos de Minato Sensei, tu cuerpo inerte y empapado de sangre.

—¡Minato Sensei! —grité, sin poder contener el terror en mi voz.

Minato se adelantó y, con manos temblorosas, te sostuvo. Su rostro estaba pálido, y sus ojos reflejaban un miedo que rara vez había visto en él.

—Jin, no... —susurró, con la voz quebrada por la angustia. Te sostuvo contra su pecho, sus manos empapadas de sangre. La herida en tu hombro era espantosa, un agujero profundo que no dejaba de sangrar.

—¡Necesitamos ayuda aquí! —gritó, su voz resonando por los pasillos del hospital. Los médicos acudieron de inmediato, pero Minato no te soltaba. Podía ver la desesperación en su mirada, el miedo de perder a su hermana menor.

Yo me quedé allí, paralizado, observando cómo tu vida pendía de un hilo. Las palabras se atoraron en mi garganta, y sentí una impotencia abrumadora. Quería hacer algo, cualquier cosa, para ayudar, pero no sabía cómo.

Minato se volvió hacia mí, su rostro una máscara de dolor y desesperación.

—Kakashi, ¿qué ha pasado? —preguntó, su voz quebrada. Sus ojos buscaban respuestas, una explicación para lo inexplicable.

 Sus ojos buscaban respuestas, una explicación para lo inexplicable

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My Electric Love; Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora