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| Alexander |

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| Alexander |

—Después de esto daré un discurso público a la manada —Anakin me mira de reojo.

—Mientras no menciones algo sobre unir a las manadas por mí, está bien.

Él le sonríe a nuestra mate. No me gusta cómo suena, pero tengo que forzar la idea en mi mente para que entre y comprender que ya no solo me pertenece a mí; en realidad, nunca fue solo mía. Ella escuchó todo, estábamos hablando por un enlace compartido. Quiero que comience a comprender cómo funciona su mundo, el mundo al que fue echada y apartada por ser roger.

Mi lobo comienza a inquietarse en mi mente cuando siento la pequeña mano de nuestra mate intentar agarrar la mía. Cuando miro, siento un sabor amargo en la boca: ella ya tiene la mano de Anakin bien sujeta. Busco su mano primero; no rechazo unir nuestras manos, acaricio sus dedos con mi pulgar sin volver a mirar la unión de sus manos. No me gusta, pero no me puedo quejar.

Llegamos al punto de reunión, es una cabaña de invitados. Tiene un aspecto sencillo por fuera, pero los lujos están en el interior. Entramos y de inmediato estamos en una de las salas de la casa. Ya hay una pequeña mesa en medio de los muebles con aperitivos y un par de botellas de vino.

—Hacen bonita pareja.

Los tres hacemos la reverencia. Sonrío al ver de reojo cómo ella lo hace a la perfección, a pesar de que se lo acabamos de explicar antes de venir.

—Dejen las formalidades, es agobiante.

Los tres nos enderezamos. No sé dónde estaba antes, pero ahora está sentado en el mueble más grande. Él no emana ningún olor, pero el aura es suficiente para recordar quién es. Puedo sentir el peso en mi nuca solo por estar viéndolo a los ojos. Volteo la cabeza para asegurarme de que ella esté bien. Para mi sorpresa, ella le mantiene la mirada; no parece incómoda o que estuviera luchando por mantener contacto visual con él, solo tiene una tierna expresión de curiosidad en su rostro. No se contiene de mirarlo a detalle.

—Es un honor estar ante una de las omegas con la sangre casi 100% pura. Es increíble que todo este tiempo estuvieras escondida en los bosques, vagando de un lado a otro —él se levanta del mueble para pararse frente a nosotros. Ella retrocede—. Te prometo que soy amigable, pero curioso. Supongo que es algo que tenemos en la sangre.

Ella frunce el ceño, seguro no comprende. Él, nuestro representante ante el Concejo y Alfa de Alfas, también es uno de los pocos Alfas Puros con la sangre 100% pura. Ser un Alfa Puro no es sinónimo de que tu sangre también lo sea, solo significa que tienes algún porcentaje de ella, que eres descendiente de otro que sí es 100%. Otro ejemplo de un Alfa Puro.

—Tu lobo es preguntón —me tenso al escuchar cómo ella le habla.

—Es un defecto, pero no puedes culparlo. Es intrigante que una omega haya sobrevivido tanto tiempo sola. La mayoría en tu misma condición muere.

Zinerva: Legado de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora