30.

1.1K 183 24
                                    

( CHAPTER THIRTY! )
último
" finales inesperados. "


Jimin llevaba un día entero sin ver a Taehyung. La confusión y la ansiedad lo consumían. De repente, su encierro había pasado de ser en la casa a estar recluido solo en su habitación. Nadie le daba una explicación clara, solo le decían que el jefe había ordenado que no saliera de su habitación hasta que él lo autorizara.

Pero entonces, después de un día de silencio, Taehyung entró por la puerta de su habitación. Lo miraba con una expresión extraña, como si estuviera molesto.

Jimin se sintió invadido por una neblina extraña en su mente.

Desde aquella noche en la que sintió un calor dentro de él, se sentía muy extraño. No recordaba nada y tenía el presentimiento de que alguien lo había tocado. Pero no sabía si había sido real o solo lo había sido su imaginación.

—Taehyung —se acercó a él, preocupado—. ¿Dónde has estado? ¿Por qué me has encerrado aquí? ¿He hecho algo mal?

Taehyung se sintió aliviado al ver que Jimin no recordaba nada. No iba a admitir que lo había drogado para tener relaciones con él. Así que simplemente se negó a responder.

—Nos vamos —espetó, su voz cortante.

—¿Qué? ¿A dónde? —preguntó Jimin, confundido.

—A la Isla. No puedes seguir más tiempo en Seúl. Nos vamos ahora, ya está todo listo —respondió, su mirada seria—. ¿Quiero todas las cosas de Jimin en maletas rápido! ¡Quiero esta maldita habitación vacía, ahora! —vociferó.

Los sirvientes acataron temerosos, sabían que su jefe no estaba de buen humor.

—¿Qué? ¡No, espera! ¿Cómo que a la Isla? Dijiste que nos iríamos en aproximadamente dos semanas. ¿Por qué tan de pronto...? —preguntó Jimin, desesperado.

—Porque sé que sigues pensando en ese malnacido de Jeon Jungkook —respondió Taehyung, su voz llena de veneno—. Y yo no puedo permitir que sigas en la misma ciudad que esa basura. Así que nos iremos ya, haré que lo olvides de una buena vez por todas ¡por qué tú eres mío!.

Jimin palideció aterrorizado. Todavía no era tiempo de irse. ¿Qué iba a pasar? Jungkook no lo sabía, y no tenía cómo rescatarlo. Se sintió acorralado y en pánico.

Debía hacer algo rápidamente antes de que el monstruo de Kim Taehyung lo encarcelara para siempre en esa Isla. Pero ¿cómo iba a pedir ayuda sin ningún dispositivo de comunicación?

El pánico se apoderó de él mientras veía a los sirvientes recoger sus pertenencias. Tenía que pensar rápido, encontrar una forma de enviar un mensaje a Jungkook, o alguno de sus hermanos antes de que fuera demasiado tarde.

—Tae-Taehyung por favor, ¿podemos hablar tranquilamente por un momento?.

El hombre lo miró con desconfianza, pero asintió.

—¿Qué quieres?.

—¿Por qué dices que aún sigo pensando en Jungkook? Eso no es verdad, estoy aquí, contigo, solo tú eres el dueño de mis pensamientos —trató de persuadirlo con ojos inocentes y socorros.

Taehyung lo miró, su corazón palpitando de emoción al escucharlo decir eso, su semblante se ablandó, estuvo apunto de flaquear pero entonces recordó lo que de sus labios había salido la otra noche, y desvió la mirada volviendo a la misma posición firme.

—Nos vamos a la Isla y punto. Si piensas en mí como dices entonces vivir allí conmigo no será un problema. ¡Bajen todo y póngalo en las camionetas! —ordeno cuando los sirvientes empezaron a sacar las maletas.

Vendedor de caricias ┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora