26.

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( CHAPTER TWENTY SIX! )
" no hay escapatoria. "


Jungkook había escuchado en silencio y con atención mientras Jimin le contaba sobre su pasado, sus ojos llenos de lágrimas y su corazón desgarrado por la dolorosa historia.

Cuando terminó de hablar, Jungkook se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. No podía creer que su amado hubiera sufrido tanto. No sabía qué decir ni qué hacer, estaba anonadado.

—Jimin yo... —trató de decir, su voz temblorosa.

—Está bien, no tienes que decir nada ahora —forzó una sonrisa para calmarlo. Jimin sabía que su historia había causado un gran impacto en él y necesitaba procesarlo, y lo entendió por completo—. Es tarde, deberíamos ir a dormir.

—Pero Jimin, tú...

—Yo estoy bien, no te preocupes, mañana podemos hablar tranquilamente de esto.

Finalmente Jungkook asintió tras un suspiro, y abrazó a su chico con fuerza.
Se acostaron juntos, pero Jungkook no pudo conciliar el sueño en toda la noche. Su mente estaba llena de imágenes de Jimin sufriendo, de su dolor y su miedo, así que se levantó, incapaz de seguir en la cama, de todas maneras estaba apunto de amanecer. Después de ponerse su bata y servirse un whiskey, se dirigió al balcón, necesitando aire fresco y espacio para procesar sus emociones.

El aire estaba fresco, el silencio de la ciudad dormida le dio un poco de paz. Jungkook se apoyó en la barandilla, sintiendo el frío en su piel, pero su corazón estaba en llamas.

—¿Cómo pudieron hacerle todo eso? Maldición —se preguntó impotente, su voz apenas audible.

Había horribles imágenes mentales reproduciéndose en su mente, de como le habían arrebatado sin piedad su inocencia, sus sueños, sus ganas de vivir a un ser indefenso que solo buscaba ser amado. Comenzó a llorar, lloró por Jimin, por el dolor y el sufrimiento que había estado cargado por todo ese tiempo. Lloró de impotencia por no haberlo podido proteger.

El sol comenzó a salir, Jungkook procesaba sus emociones y buscaba una forma de apoyar a su amado en su camino hacia la sanación. Ahora más que nunca lo protegería, protegería sus sueños, su felicidad y todo lo que lo hace feliz, se encargaría de que nadie nunca volviera a hacerle daño.

—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? —la voz adormilada de su chico llamó su atención. Estaba parado en la puerta, recién despierto. Jimin noto los ojos rojos de su novio y huellas de lágrimas en su rostro, entonces se acercó y lo abrazó con suavidad—. Está bien, está bien.

—Lo siento Jimin, lo siento tanto —dijo rompiendo en llanto, aferrándose al pequeño cuerpo de su amado—. Siempre estaré aquí para ti, siempre. Eres la persona más fuerte que he conocido en mi vida.

—Lo se amor, lo se —lo abrazó con la misma fuerza y no pudo evitar que sus ojos se llenaran también de lágrimas, de felicidad y de alivio—. Ahora que te tengo, me siento capaz de enfrentar cualquier cosa sin miedo, contigo soy pleno y feliz.

Jungkook lo tomó del rostro y lo miró directamente a los ojos.

—Escúchame, si nadie nunca te ha dicho esto, yo te lo diré... si tu corazón o tu conciencia siente algún peso por haber hecho lo que hiciste para salvarte... no tienes porque seguir cargado con eso, porque no tienes culpa alguna, solo eras alguien vulnerable que actuó para sobrevivir.

—¿Lo dices en serio? Yo pensé que...

—No, no quiero que pienses ni por un segundo que el amor que te tengo podría cambiar por eso. Al contrario, mi amor por ti se fortaleció aún más... —aclaró su garganta, las lágrimas no dejaban de derramarse por su rostro—. Te amo, te amo más que nunca y... de ahora en adelante voy a protegerte con todas mis fuerzas, no dejaré que nadie te haga daño, no dejaré que nadie intente yo yo...

Vendedor de caricias ┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora