28.

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( CHAPTER TWENTY EIGHT! )
" el último sacrificio. "


Entre otras noticias, parece ser que el supuesto divorcio entre el reconocido fiscal Jeon Jungkook y la influyente hija del prestigioso bufete de abogados Incheon, Seo Heejin, fue una falsa alarma. Tras ser vistos juntos en varios lugares, la pareja concedió una entrevista exclusiva a nuestro reportero.

—¿Señor Jeon, puede confirmar si hubo algún fondo de verdad en los rumores sobre su divorcio? —preguntó el reportero, acercando el micrófono.

—Buenos días. Si hubiera existido la posibilidad de un divorcio, ¿creen que estaría aquí con mi esposa? —respondió Jungkook con una sonrisa, tomándole la mano a Heejin.

Tras desmentir los rumores, la pareja más famosa del mundo jurídico demostró estar más unida que nunca.

—Fuiste muy convincente ahí afuera —comentó Heejin con una sonrisa al subir al auto.

—Tenía que serlo —replicó Jungkook, mirando por la ventana.

—Me alegra que hayas cambiado de opinión. Se sintió tan bien cuando fuiste a pedirme perdón. Reconocer que necesitas estar a mi lado es un paso grande —dijo Heejin con una sonrisa maliciosa.

Jungkook se giró hacia ella y le devolvió una sonrisa forzada.

—Claro.

—Bien. Ahora, vamos a casa de mis padres. Quieren discutir la disolución del divorcio y las condiciones que implicará.

—Claro —respondió Jungkook en un susurro, volviendo a mirar por la ventana, perdido en las nubes.

—¿Qué pasa? —preguntó Heejin, notando la distracción de Jungkook.

—Nada —respondió él, sacudiendo la cabeza.

—No me mientas, Jungkook —insistió, su voz ligeramente elevada—. Sé que algo te preocupa, o mejor dicho... que tienes la cabeza metida en otros asuntos, o personas. ¿Piensas aún en ese bailarín?.

Jungkook suspiró y se giró hacia ella.

Hablar sobre Jimin dolía mucho, y si, había estado pensando en él todos esos meses, pero eso era algo que no podía confesar.

—No, es solo que... —pausó, buscando las palabras adecuadas—. Tus padres siempre ha sido muy... exigentes. Seguramente querrán comerme vivo luego de lo que sucedió anteriormente.

Heejin frunció el ceño.

—¿Qué tiene que ver eso?

—Las condiciones para la disolución del divorcio... —comenzó Jungkook—. Me preocupa que sean demasiado restrictivas.

La mujer se rió.

—No te preocupes, mi amor. Mi familia solo quiere lo mejor para nosotros, y claramente para el apellido Seo. —enarco una ceja mirándolo.

Jungkook no parecía convencido.

—¿Y qué hay de mí libertad? —preguntó, su voz llena de dudas.

Heejin sonrió, su mirada glacial.

—La libertad es sobreestimada, Jungkook. Lo que importa es la estabilidad y el poder, y luego de que decidieras volver a mi... hay algunas libertades que se te serán prohibidas. No vaya a ser que nuevamente quieras calumniarnos.

Jungkook se sintió un escalofrío. ¿Qué ruines planes tenía la familia Seo para él?.

—Llegamos —dijo el chofer, interrumpiendo el tensión.

Vendedor de caricias ┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora