𝑽𝑫𝑪 | Jungkook, un fiscal exitoso, se siente atrapado en la monotonía de su vida cotidiana y sobrevive a los pedazos que se le caen encima de su matrimonio que está derrumbándose. Todo parece indicar que su futuro estará marcado por la rutina y l...
—Este viernes Baby J y Jin harán un show juntos, deberíamos ir, reservaré una mesa cerca del escenario para que podamos verlos mejor.
Estaba tan ansioso, tan impaciente pero a la vez tan nervioso de que el viernes llegara. Y aunque mis ocupaciones como fiscal y principalmente la planificación de mi divorcio se apropiaran de mucho de mi tiempo, aún así gran parte, sino es que todos mis pensamientos estaban dirigidos hacia el sublime joven de cabellera rosada que vería la noche del viernes, y cuando esta finalmente llego a mis veintiocho años me sorprendí a mí mismo actuando como todo un adolescente apunto de tener su primera cita.
Todo nervioso, asustado y un poco arrepentido caminaba por toda mi habitación como un león enjaulado, sosteniendo mi celular con el número de Namjoon abierto, por si decidía llamarlo o no para cancelar el plan. Toda la tarde había estado tan indeciso; me había cambiado de ropa más de cuatro veces, incluso llegué a decir que no tenía nada que ponerme cuando literalmente tengo una recámara completa para toda mi guarda ropa, no me considero vanidoso, pero no podía dejar de mirarme en el espejo pensado si realmente me veía bien, esa noche opté por usar una loción más destacable y me puse también mi reloj más caro.
¡¿Qué estaba pasándome?!.
Tocaron la puerta y Jungkook dio un pequeño salto de la sorpresa.
—Señor Jeon —era el ama de llaves—. El señor Kim ha llegado, lo está esperando en el recibidor.
—Gracias, bajaré en un momento. —aviso. ¿Pero cómo iba a hacerlo con esas piernas temblando como espaguetis?—. Mierda ¿que me pasa? ¿Estoy así por él o porque voy a ir a un club nudista gay? Basta Jeon Jungkook, actúas como un chiquillo.
Me mire por última vez al espejo, peine mi cabello hacia atrás, arregle la camisa de rayas que había optado por usar, con los primeros botones sin abotonar, junto a un pantalón negro y zapatos simples. Me relaje con un par de palabras entusiastas y finalmente salí de mi habitación dejando al menos el miedo allí.
—Mira que tenemos aquí, que hombre tan apuesto. —Namjoon alago a su mejor amigo viéndolo bajar por las escaleras—. Estaba tan acostumbrado a verte con traje o con tú uniforme de fiscal que me había olvidado lo jodidamente sexy que te ves usando una camisa abierta.
—¿Sexy? ¿De qué estás hablando? Cierra la boca que me sonrojaré. —el azabache bromeó con una sonrisa.
—¿La bruja está en la cueva? —preguntó en un murmullo el moreno, fijándose a los lados sigilosamente.
—No, esta trabajando o eso creo, realmente no me interesa. —respondió Jeon—. ¿Nos vamos? Se hace tarde —reviso su hermoso y brillante Rolex de edición limitada que portaba en su muñeca.
—Usando edición limitada y todo, entonces esto va enserio. —Namjoon pareció emocionado por el entusiasmo de su compinche—. Me agrada esta actitud, hay que irnos pero oye... ¿todo en orden? ¿Te sientes listo?.
—Por supuesto ¿por qué no iba a estarlo? —contestó enseguida Jungkook lleno de una confianza que sepa el demonio de dónde la sacó.
—Bien, entonces no perdamos más tiempo y vámonos.
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