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( CHAPTER ONE ! )
" zonas de confort. "

La vida está llena de serendipias y de zemblanitys, todo se trata del hallazgo de sensaciones, percepciones y deducciones, hasta que llega el momento en que todo se vuelve una versión de algo más y de pronto te encuentras con aquello que llaman "monotonía"; aburrida, frustrante y desesperante, mejor dicho, asfixiante. Pero es inevitable cuando solo estás sobreviviendo, y no viviendo la vida que te imaginaste cuando eras un Universitario. Tal vez algo faltó por hacer, o tal vez algo faltó por descubrir...

—Cariño debiste ver su cara, su rostro decía "maldita sea iré a la cárcel" "este hombre me ha descubierto" —indagaba con gran emoción el hombre de cabello negro aflojándose la corbata—. ¡Y pum! —lanzó su saco a la cama—. Gane el caso, ese hombre pagará por todos sus delitos con dieciocho años de cárcel, sin derecho a fianza.

Su esposa, una hermosa mujer de veintisiete años de largo cabello oscuro, cejas pobladas, con facciones finas pero con una expresión fría e indiferente, lo miraba con el semblante serio y los brazos cruzados sentada en la cama.

—Bien. —fue lo único que salió de su boca, con un tono que le resto importancia.

—¿Bien? Es mejor que bien, es maravilloso amor. —él se sentó a los pies de la cama—. Ese hombre abusó por años de su familia, y significo mucho para mí haber ganado. —el rostro de su esposo resplandecía en felicidad y sus ojos brillaban en ilusión.

—Bien. —replicó nuevamente con la misma fría y apática expresión, levantando levemente sus hombros esta vez, totalmente desinteresada.

Jungkook la miró con el ceño fruncido, su sonrisa se borró y la ilusión con la que brillaban sus grandes ojos oscuros se apagó.

—¿Heejin, estas enfadada por algo? Dime porque. —inquirió.

—Vaya, hasta ahora puedes darle importancia a algo que no sea ese maldito caso. —espetó haciendo una mueca, se levantó de la cama, notablemente disgustada.

—Si, estás enfadada. —suspiro pesadamente, Jeon sabía lo que eso significaba—. ¿Puedo saber por qué es esta vez? ¿O estás demasiado enojada para decirme?.

—¿Sabes al menos lo que significa darle importancia a alguien, que signifique algo para ti?... ¡Ja! No lo creo, siempre has sido un maldito egocéntrico. —exclamó, tomando de un cajón una caja de cigarrillos y un encendedor.

—¿Qué haces? Dijiste que lo dejarías, no fumes más. —sujetó la mano donde su esposa sostenía los cigarrillos.

—Hasta que algo que me pasa te preocupa, te daré puntos extra, cariño. —se soltó bruscamente de su agarre y sonrió de forma burlesca para luego meter entre sus labios un cigarrillo para encenderlo, importándole muy poco lo que le había dicho su esposo.

—¿Por qué crees que estoy siendo egocéntrico? ¿Ahora entonces ya no puedo contarte sobre las cosas que me hace feliz?. —le preguntó afligido.

—Sabes que tenías que asistir a un compromiso de gran importancia con mi familia y preferiste ir a ese caso que tenías la opción de posponer, por lo que me dijo tu secretaria, pero oh vaya, lo único que le interesa al señor fiscal al llegar del trabajo ¡Es hablar del maldito trabajo!. —grito. La mujer abrió las puertas del balcón y salió para seguir fumando su cigarrillo.

—¿Entonces debo discúlpame contigo por preferir ir a salvar no solo una sino tres vidas, a ir a una cena llena de quejas y regaños de tu familia? Bueno si es así, cariño lo siento, de verdad lo siento tanto.

—¡No seas condescendiente conmigo Jeon Jungkook!

—¡Y tú no te hagas la víctima conmigo Seo Heejin!. —gritó, las acusaciones de la mujer lo habían hecho llegar a su límite más pronto de lo común—. Tú sabes muy bien que yo disfruto hacer el bien en mi trabajo, y tú más que nadie deberías entenderme porque eres abogada, pero en vez de eso vienes y me hablas de esta basura. —dijo ofendido yendo hacia ella—. ¿Heejin, estás bien de tus facultades? ¡¿Por qué siempre tienes que convertir una cosa maravillosa en algo sobre ti?!.

Vendedor de caricias ┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora