CAPÍTULO 4

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{ELIOS}

Mi corazón late fuertemente mientras mi mente reproduce una y otra vez la imagen de Adara en automático. Solo pensar que tendro de poco ella será mía me hace entusiarmar, al fin después de 5 años eh logrado de que quice, tenerla. Tenerla solo para mi como debe ser. Su padre al fin ah caído para que me la de. Con cada segundo que pasa eh pensando en la pequeña de Adara, la mujer que me trae tan mal desde hace 5 años.

Aun recuerdo la primera vez que la vi cuando ella penas tenía 15 años, una pequeña adolescente que apenas sabía donde estaba, tan frágil y dulce que seria una pena destruir eso pero que tan malditamente quería hacer pero me tuve que contener. Todo en Adara me traía mal, su cabello rebelde cayendo en cascada sobre su espalda, sus ojos tan brillantes que quería perderme entre ellos, sus labios dulces que quería saborear, su pequeño cuerpo que tanto quiero explorar. Con cada día que pasa ella está presente en mi cabeza como si de un echizo se tratase.

Al principio yo me negaba a lo que sentía por ella, ¿como podía enamorarme al punto de obsesionarme con una chiquilla de solo 15 años? Pero cada vez que la veía en sueños era tan hermosa que me hizo perder el interés en cualquier otra mujer que se me cruzara por enfrente, ellas no valían ni un cabello de lo que vale mi Adara.

La vi durante 5 años y ella nunca se dio cuenta, es tan inocente que me da lastima tener que arruinar esa inocencia, recuerdo los gestos de mi pequeña cada vez que se ponía a leer en su casa o en un transporte público, como sonríea al libro y como de la nada se enojaba dándole toques muy tiernos, su sola presencia me volvía L O C O.

Aun recuerdo como jugaba con su perrito, como lo acariciaba y colmaba en amor y afecto provocando muchos celos sobre esa bola de pelos pues esa sonrisa solo me pertenece a mi, no importa que o quien sea pero Adara solo es mía.

Desde sus 15 años hasta sus 17 la observaba desde las sombras, venía todo lo que hacía y como intentaba ayudarse ella sola por las noches con su ansiedad, las veces que hablaba sola con ella misma y la escuchaba pelear provocadome ternura, cuando Adara cumplió 18 años mi corazón palpito junto con otra cosas pues ella ya era una adulta pero sus pecas y faciones tiernas la hacían ver aun más pequeña. Ahora ella tiene 20 años y será mi esposa, solamente mía que me hace tener millones de preguntas sobre nuestra futura vida juntos.

Puede que ella me odio y claro que lo hará, la estoy alejando de su familia aunque ni ello la merecen, solo son unos hipócritas que solamente la ayudaron cuando se enteraron de sus problemas. Mi pequeña Adara sufrió con ellos pero conmigo no sufrirá. Le daré la vida que se merece, la de una reina, la mujer de la letalidad, mi mujer, la reina de la mafia y dueña de mi corazón. Pondré su nombre en lo más alto que todos temerán ante su mención.

Si yo estoy a sus pies todo el mundo lo estará.

Ahora mismo me estoy preparando para resivir a mi mujer, tiene que estar todo listo y perfecto como ella.

Si para tenerla tengo que destruir y reconstruir el mundo lo haré.

{ADARA}

El camino a la casa o más bien dicho a la mansion de Elios Vannicelli es muy largo el camino y durante el viaje en auto me mantengo en total silencio y padre también pues ninguno de los dos quiere convertir el silencio incómodo en una platica incomoda. Siento la tensión en el aire, algo que me dice que salga huyendo en cuanto pueda pero otra tensión me intenta calmar, todo por el bien de mis padres y hermanos.

Después de horas de viaje llegamos a una mansion enorme, los portones con maxina seguridad, los hombres con armas en cuanto nos vieron abrieron los portones y pasamos. Lo primero que vimos fue la gran mansion, era enorme de verdad. Varios coches y un pasillo que de seguro es la cochera subterránea, había un ¿lago? Rodeado la casa era muy hermoso, a lo lejos vi una cascada, se veía tranquilo el lugar, muy hermoso, "un buen lugar para morir" borre ese pensamiento en cuanto llego a mi mente. No quiero pensar en morir. Todavía no.

Al bajar del auto mi padre toma mi mano dándole un apretón que intenta decir un todo está bien. Estoy aquí. Respira. Con un asentimiento por lo bajo comenzamos a caminar hasta las dos pares de gemelas de puertas que están como entrada.

Mi padre respira y da dos toques a la puerta, mismas puertas que parecen la entrada al mismo infierno pues estoy apunto de pisar uno y el que arrazara conmigo de una manera que desconozco y da miedo conocer.

La puerta es abierta y aparece una mujer de edad un poco avanzada, su cabello peinado en un molote bien echo, las hebras blancas demuestran que si es una edad ya avanzada pero su cuerpo se mantiene flaco y menudo, viste ropa normal pero el mandil que lleva puesto indica que es una empleada, una cocinera o una anfitriona.

-Bienvenidos señor Risell, señorita Adara-. Nos da o más bien me da a mi un asentimiento en modo de respeto. Intento decir que no es necesario pero su voz interrumpe mis palabras-. El señor Vannicelli los espera en el living.

-Gracias señora-. Habla mi padre pero al no saber el nombre de la mujer se queda suspenso.

La mujer sonríe con amabilidad arrugando los bordes de sus labios-. Rosa-. Dice con una voz dulce que empalaga.

-Gracias señora Rosa. ¿Nos puede llevar con el señor Vannicelli?-. Pregunta con amabilidad mi padre mientras que yo intento calmar mis temblores.

Rosa asiente y nos lleva a donde estará mi tormento. . .

Vannicelli's Obsesión. (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora