Capítulo 32

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La bruma de la inconsciencia fue desvaneciéndose poco a poco a medida que Sombra se despertaba

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La bruma de la inconsciencia fue desvaneciéndose poco a poco a medida que Sombra se despertaba. Las imágenes todavía estaban confusas en su mente, pero al menos sabía que todo había valido la pena. Twilight lo había encontrado.

Sacudió ligeramente la cabeza y se incorporó con lentitud en la cama. Las sábanas sobre las que estaba se arrugaron un poco cuando se quedó sentado sobre estas. Finalmente abrió los ojos después de unos segundos, y notó la forma aún dormida de Twilight que descansaba a su lado. Eso le pareció un poco raro.

¿No se suponía que iba a despertar al mismo tiempo que él?

—Twilight... —la llamó con suavidad mientras pasaba una mano por su brazo—. Vamos, es hora de despertar.

El silencio fue lo único que obtuvo como respuesta.

Sombra frunció el ceño en una expresión que mezcló confusión y extrañeza. Otra ligera sacudida a su brazo y la falta de respuesta comenzó a hacer que un temor opresivo creciera cada vez más en su interior.

No, no podía ser lo que estaba pensando.

—¿Twilight?

Aún no podía comprender porqué no despertaba, o más bien aún no quería aceptarlo. Se inclinó sobre ella con rapidez y apoyó el oído sobre su pecho. Sin embargo, a pesar de que ahí estaban los constantes latidos de su corazón, estos y su respiración se escuchaban más tenues que de costumbre.

Una nueva punzada de miedo lo recorrió mientras una especie de nudo pesado se formaba en su garganta. Su respiración comenzó a volverse más entrecortada a medida que los segundos pasaban sin detenerse, indiferentes e implacables.

—Twilight, amor —susurró en un tono de voz quebrado—. Por favor, despierta.

Juntó su frente con la suya al ver que aún no respondía. No quería perder la esperanza, todavía confiaba en que todo realmente había salido bien.

Debía haberlo hecho.

—Por favor, no puedo perderte, no a ti.

No ahora, no después de todo lo que habían pasado. ¡Simplemente no podía ser justo!

Sin embargo, antes de que pudiera perder la esperanza, un suave agarre se aferró a sus ropas y tiró ligeramente de estas. Él se quedó quieto de pronto y levantó la mirada con lentitud, un torbellino de emociones se desató en su interior al ver ese par de luceros morados que lo miraban con un brillo desenfocado y somnoliento en el interior de ellos.

Twilight lo miró con una pequeña sonrisa de felicidad en su rostro. Era todo lo que necesitaba.

—Sombra... Te quiero.

Ella dejó escapar un suave suspiro y estiró la mano para acariciar el costado de su rostro.

—Te dije que no iba a morir.

Lazos del Alma [Twibra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora