Capítulo 22

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Ambos hombres se miraron fijamente por varios segundos, sin decir ninguna palabra

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Ambos hombres se miraron fijamente por varios segundos, sin decir ninguna palabra. El ambiente entre los dos se quedó quieto, muy quieto, como si todo se hubiera confabulado en un extraño final para ese momento. Uno en el que dos fieras volvían a encontrarse cara a cara.

Luego, Sombra se dirigió a los dos guardias que lo mantenían retenido.

—Suéltenlo, ahora mismo vamos a ver qué quiere —ordenó y rápidamente lo dejaron libre, sin quitarle el ojo de encima al hombre que ahora farfullaba una maldición hacia todos.

Sombra lo miró con una expresión seria que destilaba un profundo desagrado interno y externo a partes iguales. Volvió a adentrarse en la oficina sin esperar a ver si el "invitado" lo seguía; e incluso así oyó como seguía maldiciendo.

—Malditos, este traje es demasiado caro para que lo estén tocando con sus sucias manos.

Él se volvió rápidamente, comenzando a hartarse de todo aquello.

—Cállate, en este momento estoy siendo lo bastante generoso con tan sólo permitir tu indeseada presencia en este lugar —replicó e hizo un gesto de hastío, entonces volvió a hacerse el silencio.

La atmósfera en la habitación estaba lo bastante tensa como para que pudiera ser cortada con un cuchillo metáforico. Era obvio que ninguno de los dos deseaba estar ahí, a la espera de lo que diría el otro. Dos hombres que se miraban con desprecio en medio de un tercero que simplemente actuaba de mediador silencioso.

—Dime a qué carajos has venido antes de que decida mandarte al agujero de donde saliste —soltó Sombra sin quitarle los ojos de encima a Tirek, desplazándose lentamente hasta quedarse sentado una vez más detrás de su escritorio.

Esas palabras no parecieron ser muy del agrado de su contrario, quien simplemente gruñó y se detuvo frente a él para encararlo.

—Hijo de perra, por tu culpa perdí todo lo que era mío —gruñó en un tono bajo—. Ya parece que se te olvidó, ¿cierto?

El semblante de Sombra estaba demasiado serio, incluso más de lo usual. No contestó lo que él quería.

—¿A eso viniste? ¿A insultarme? —replicó a la desfachatez que aquel hombre había acabado de decir—. Al parecer soy yo el que tengo que recordarte para quien habías trabajado antes de que decidieras romper su confianza.

Tirek mostró un profundo ceño fruncido que contrastó con la expresión imperturbable de su contrario. Aún tenía mucho por decir y no se iba a quedar callado.

—Nada de eso me importa en lo absoluto —dijo simplemente y enfatizó cada palabra—. En este momento quiero todo lo que me pertenece y que tú decidiste llevarte. Es lo mínimo que merezco de tu parte por haberme metido en ese maldito lugar.

Si antes aún no había caído la gota que iba a derramar el vaso, eso último fue lo que definitivamente lo hizo. Una vez más, varios segundos de rígido silencio se instalaron en el lugar mientras ambos se miraban.

Lazos del Alma [Twibra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora