—Dos, cuatro, seis...
—¿Señor? ¿Podría...?
—Ocho, diez, doce.
La joven frente a él volvió a intentar.
—Yo sé que no le gusta que lo interrumpan, pero...
Esta vez se quedó callada de repente cuando el hombre frente a ella se levantó y desvió la mirada hacia un punto más allá de las grandes ventanas de cristal transparente, ignorándola por completo.
—¿Es necesario que siga contando para que estén conscientes de todo lo que ha causado su incompetencia? —Sombra murmuró, aunque sus palabras no parecieron estar dirigidas a ella; al contrario de las siguientes—. Dime ya lo que quieres.
No se volvió, pero estuvo perfectamente claro para él los segundos en los que ella tardó en reaccionar y comunicar a lo que venía. En ese par de segundos sólo se dedicó a contemplar las grandes construcciones citadinas que se elevaban más allá de su propio edificio.
—La persona a la que usted concertó una cita ya está aquí —anunció en un tono neutro, sencillamente profesional—. ¿Le digo que puede pasar?
Sombra se tomó sólo unos segundos en contestar.
—Obviamente —confirmó con un rápido gesto de su mano—. Ya puedes retirarte.
Finalmente terminó por volverse en su dirección mientras la veía asentir y desaparecer detrás de la puerta. Misma puerta de la que vio emerger a la persona que esperaba. Un hombre de cabello rubio no mucho mayor que él, a pesar de que con su barba aparentaba lo contrario. Alguien a quien su propio traje delataba la profesión investigativa con la que estaba relacionado.
Alguien a quién ya venía esperando desde mucho antes.
—He de suponer que tu jefe me ha traído algo nuevo, ¿o me equivoco? —Él fue directo y sin rodeos al punto en cuestión, tampoco sin tener la necesidad de detenerse a saludarlo.
El otro hombre no pareció verse afectado por este recibimiento y, en su lugar, sólo terminó por dar un leve asentimiento mientras caminaba hacia él.
—Supones bien, pero no creo que sea exactamente lo que esperabas —respondió con una advertencia mientras sustraía algo de la maleta que llevaba consigo.
Algo simple, una carpeta que no parecía contener nada especial. Excepto para alguien que fuese un buen observador y que supiera con exactitud lo que estaba buscando.
Sombra la tomó mientras la abría, comenzando a hojear su interior en busca de alguna mínima pista que le ayudara a ver algo más que se le hubiera escapado antes. Pero otra vez sólo parecía que sólo era más de lo mismo.
—Archivos, más memorias y testimonios, no del todo concreto sin embargo —continuó diciendo el otro hombre, hasta que pareció soltar un suspiro—. Ambos casos están relacionados pero el primero, que luego condujo a la revelación del segundo es uno de los más complejos que hemos tenido en nuestras manos.
ESTÁS LEYENDO
Lazos del Alma [Twibra]
Fanfic«Cuenta una antigua leyenda oriental que un invisible hilo rojo conecta las almas de aquellos destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar o las circunstancias. Este hilo puede estirarse, tensarse o enredarse, sin embargo, nunca podrá...