Lazos del Alma [Twibra]

Capítulo 29

Para más placer de lectura, escuchen la música de la multimedia cuando vean mi comentario con "🎶"

—¡Despierta, despierta! ¡Ya es hora!

El grito inesperado muy cerca que estalló muy cerca suyo la hizo sobresaltarse y abrir los ojos con una rapidez confundida.

—¿Qué...?

Una punzada repentina sacudió la cabeza de Twilight y provocó que hiciera una mueca de dolor por el hecho de haberse levantado de una forma tan brusca. Comenzó a reclamarle a la chica con igual rapidez.

—¡Oww! ¡Rarity! ¡Ni siquiera ha salido el sol! —se quejó luego de notar el dormitorio a oscuras y ver como su amiga la miraba con una simple sonrisa de ojos brillantes.

Sin esperar por una palabra de su parte, Rarity se abalanzó con rapidez y abrazó a Twilight con una fuerza que ninguna de las dos supo que tenía. Con un poco más de suavidad, ella le devolvió el abrazo.

—Feliz cumpleaños, Twi —dijo Rarity al fin mientras se separaba un poco y se sentaba a su lado en la cama.

Twilight no pudo evitar sentirse conmovida, incluso si la había molestado con su repentino despertar, supo valorar el hecho de que su amiga estuviera ahí con ella. También le mostró una sonrisa mientras comenzaba a alejar el rastro de sueño que le había quedado.

—Gracias, Rares —murmuró con su apodo y luego dejó salir una pequeña risa—. Vaya, hoy realmente te levantaste tan entusiasta como Pinkie.

Rarity no pudo replicar mucho ante eso, así que simplemente trató de acomodar su cabello mientras soltaba un pequeño suspiro.

—Bueno, ya lo sabes cariño, no todos los días se cumplen veinte años.

Ambas soltaron una risa complacida antes de que recordaran que ese día también debían ir a la universidad. Si bien Rarity no se mostró muy conforme con respecto a ese hecho, Twilight por otro lado estaba consciente de que no podía desperdiciar ni siquiera un día de sus estudios, menos ahora que comenzaba su período de exámenes finales.

Con ese pensamiento en mente, las dos se levantaron y empezaron a alistarse para todo lo que tenían que hacer el resto de su día. Pronto ya estaban listas para salir, pero antes Twilight tomó la pulsera roja que ya comenzaba a serle tan familiar.

Revisó su teléfono una última vez antes de atravesar la puerta principal, notó los demás mensajes de sus amigas y sonrió por todas sus muestras de felicidad por ella. Y aunque también esperaba el mensaje de alguien más, estaba segura de que él nunca haría algo tan simple como eso, y de cierta forma eso le gustaba.

Incluso si no le agradaban mucho las sorpresas, Twilight se preguntó de qué forma la iba a sorprender en esta ocasión.

(...)