Capítulo 25

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El día tuvo en un principio la apariencia de que terminaría siendo apacible, pero eso fue algo muy lejos de la realidad

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El día tuvo en un principio la apariencia de que terminaría siendo apacible, pero eso fue algo muy lejos de la realidad. La verdad es que había sido un auténtico infierno para Sombra.

Desde su agenda ocupada todo el día hasta el surtido variado de malas noticias que había estado recibiendo sin parar, realmente pensó que ese día nunca se iba a acabar. Pero aunque los problemas que no había podido posponer por urgencia no habían sido demasiado difíciles de solucionar, el resto que había dejado para corto plazo no parecían ser lo mismo. Con suerte, calculó que en una semana de trabajo constante se podrían resolver.

Pero en ese momento pasado los problemas no habían hecho más que aumentar, y desafortunadamente su día aún no había terminado cuando una visita esperada llamó a la puerta principal.

Su invitado estaba detrás de esta cuando la abrió. Mostraba una actitud extrañamente positiva que se fue con rapidez luego de ver el semblante de su anfitrión. Pero antes de que Sam pudiera abrir la boca, Sombra se le adelantó en primer lugar.

—Te advierto que he tenido un día de mierda así que espero que no vengas con otra jodida noticia.

El hombre simplemente lo miró y procedió a alzar una ceja mientras entraba y cerraba la puerta detrás de él.

—¿Debería preguntar qué fue lo que pasó? —cuestionó con cautela después de notar su ligera alteración. Él no tardó en responderle.

—Por mi bien y por el tuyo es mejor que no lo hagas —dijo al mismo tiempo que decidía sentarse en un mueble cercano, luego vio como su invitado también lo hacía.

—Bien, entonces es mejor que nos relajemos primero, ¿no te parece? —expresó con una sonrisa afable en un intento por levantar los ánimos—. Seguro que debes tener una buena botella de vino guardada por ahí, ¿o no?

El tono con el que expresó su invitación no pareció afectar a Sombra, quien tan sólo adoptó una postura aparentemente relajada mientras lo miraba con suspicacia.

—La tengo, sí, pero te daré algo mejor que eso.

Seguidamente se levantó, fue hasta un mueble cercano que estaba en la habitación contigua y agarró una de las botellas con cierta indiferencia. Cuando volvió el otro hombre ya se había dado la libertad de agarrar una de los vasos para sí, a la espera de tener la preciada botella del licor en sus manos.

—En realidad lo que tengo que decirte no es algo que tenga que ver conmigo —señaló Sam mientras se servía el whisky en uno de los vasos de cristal, luego agarró otro vaso e hizo el amago de servirle también a Sombra. Él declinó su oferta con un gesto de su mano.

—Paso esta vez —se sentó de nuevo y terminó mirándolo con interés por lo que había dicho—. ¿Y qué se supone que es entonces?

Sam no contestó al principio, tan sólo se reclinó en el asiento y bebió un sorbo del licor en su vaso.

Lazos del Alma [Twibra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora