Un auto negro se detuvo en el aparcamiento externo del complejo de edificios donde Twilight y Rarity vivían. Ella misma no se demoró mucho en salir del vehículo en el que estaba, y Sombra no tardó en seguirla.
—Al fin llegamos —dijo con un suspiro mientras frotaba su frente con una mano, luego dio varios parpadeos rápidos y apretó con dos dedos el puente de su nariz.
Sombra no notó su actitud extraña al principio, no al menos hasta que llegó junto a ella y se posicionó a su lado.
—¿Dijiste que tú amiga no venía hasta la próxima semana? —El silencio fue todo lo que recibió por respuesta, así que se volvió con rapidez para ver como ella agarraba su equipaje del maletero recién abierto—. ¿Twilight?
Ella se volvió de inmediato y frunció el ceño en su dirección.
—¿Hmm? ¿Qué decías? —La pregunta que él había hecho llegó de pronto a su mente, sorprendiéndola en el acto—. ¡Ahh! No, no, ella fue a ver a sus padres, dijo que su papá se enfermó, así que su mamá le pidió que cuidara a su hermana menor hasta que empezaran de nuevo las clases.
Twilight le dio una última sonrisa mientras comenzaba a dirigirse al edificio, pero ese hecho no engañó a Sombra. Él presintió que algo raro tenía, aunque aún no podía averiguar qué cosa era. Decidió seguirla luego de cerrar el maletero y activar el seguro de su auto, manteniéndose detrás de ella en todo ese momento.
Twilight se dio cuenta de esto y no dijo nada, aunque sí soltó un suave suspiro mientras trataba de ignorar el estremecimiento que la recorrió de pronto. Cuando finalmente tuvo la suerte de llegar a su departamento no pasó ni un solo segundo para que se dejara caer sentada en uno de los muebles cercanos. La debilidad se deslizó a través de su cuerpo.
—Ya estoy aquí... —susurró mientras cerraba los ojos y se recostaba en el espaldar, su cuerpo volvió a sacudirse ligeramente y ella se apresuró a envolver los brazos a su alrededor.
—Sí... Después de seis malditas horas sentados sin hacer nada mientras volábamos a más de diez mil metros de altura —refunfuñó él con un ceño fruncido, de cierta forma sin darse cuenta todavía del estado de la joven.
El silencio fue lo único que volvió a recibirlo después de decir aquello. Sombra no dejó el semblante que había puesto en su rostro, más bien se extrañó por el hecho de que ella no hubiese comentado nada. Sabía que ella simplemente no hubiera dejado pasar la oportunidad para replicarle.
Quizás eso fue lo que terminó por alertarlo.
—Twilight... —se volvió en su dirección y se acercó lentamente—. ¿Qué sucede?
Ella bajó la mirada mientras se abrazaba a sí misma, frunciendo el ceño cuando escuchó su tono tranquilo pero ligeramente demandante.
—Tengo frío —dijo simplemente y se encogió de hombros.
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Lazos del Alma [Twibra]
Hayran Kurgu«Cuenta una antigua leyenda oriental que un invisible hilo rojo conecta las almas de aquellos destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar o las circunstancias. Este hilo puede estirarse, tensarse o enredarse, sin embargo, nunca podrá...