Capítulo 6

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—Bien, bien, tú puedes hacerlo Twilight

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—Bien, bien, tú puedes hacerlo Twilight. Esto no es nada para ti, ya lo has hecho un montón de veces antes.

Había dicho ella con la intención de calmarse a sí misma, mientras miraba su reflejo en el espejo de su habitación. En el que se detuvo luego de terminar de despertarse, asearse y acomodarse para comenzar su día.

Se había arreglado por completo, vistiéndose correctamente para la ocasión con un par de pantalones de invierno azul oscuro y una camisa blanca que se escondía debajo de un suéter de igual color, haciendo que el morado de sus ojos resaltara junto con los tonos de su cabello, mismo que se mantenía en un peinado suelto con su recto flequillo lacio sobre su frente.

Si alguien más la hubiese mirado en ese momento, diría que definitivamente se encontraba más que lista para salir. De no ser por un pequeño detalle para ella.

—Tienes que demostrarles de lo que eres capaz, esa recomendación no se va a sostener sola —susurró luego de apoyar una mano en el cristal del espejo. Su reflejo lo hizo de igual forma.

Y eso era que, en ese momento, no se sentía lo bastante segura con su saber como pensaba que lo iba a estar. Y para más de su mala suerte ni siquiera había tenido la mejor de sus noches de sueños.

—Twilight, querida ¿Ya estás lista? —preguntó de repente una voz femenina que se escuchó detrás de la puerta del dormitorio.

Ella dejó salir un suspiro mientras se apartaba del espejo.

—¡En seguida voy, Rarity! —exclamó en un rápido grito para que supiera que sí lo estaba y que pronto estaría con ella.

Su amiga le respondió con rapidez, dándole a entender que la había escuchado.

Twilight relajó sus hombros luego de eso, tomándose un instante para recoger la mochila que había dejado ordenadamente en su escritorio la noche anterior. Pero antes de que pudiera salir, la sensación repentina de contener un bostezo surgió en ella.

«No creo sentirme tan cansada, ¿o sí?», se preguntó mientras frotaba ligeramente sus ojos, a pesar de saber lo contrario.

Una verdad que dejó salir luego de un rápido chasquido de su lengua.

—¡Ahh! ¿A quién engaño? No pude dormir casi nada en toda la noche.

La mayor parte se la había pasado dormitando y revolviéndose en la cama, al parecer sin poder buscar la posición perfecta para que el sueño llegase a ella. Misma que al final tardó en encontrar.

Y para colmo, justo cuando había logrado conciliarlo y quedarse dormida, su mente decidió que no se iba a quedar quieta y terminó por regalarle un "hermoso" y supuestamente pacífico sueño. Sí, por supuesto, al igual que todos los anteriores. De paso dejándole una angustia tremenda que se había arraigado en su interior y que no parecía querer irse en el corto plazo.

Lazos del Alma [Twibra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora