En un pequeño pueblo de la vieja Luisiana donde las tradiciones se entrelazan con los secretos más oscuros, Charlie, una escritora de novela rosa, se encuentra atrapada en un bloqueo creativo. Desesperada por inspiración, su vida da un giro inespera...
—Respira hondo querida, solo las apretare un poco más. Unos sonidos flojos fueron emitidos por su acompañante al mismo tiempo que las sogas eran ajustadas en su último lugar. Una vez concretado su trabajo, Alastor se sentó en una de las sillas con una botella de whisky entre una de sus manos, la otra cubriendo un poco de su rostro, conteniendo la sonrisa maligna que no tenía reparos en mostrar ante aquella lujuriosa escena que estaba frente a él. Siempre había pensado que la figura angelical de su querida Charlie era estimulante a la vista, pero en ese instante donde las ataduras que yacían sobre su cuerpo femenino, se volvieron una danza delicada entre el hilo y la piel, comprendió que aún había un montón de cosas que podría disfrutar de él, y en este caso, el arte de la atadura japonesa era algo de lo que podría disfrutar mucho más de lo que está dispuesto a admitir. ¿Cuando pensó que estaría haciendo semejante injuria dentro de las habitaciones de la residencia episcopal? Si los sacerdotes que comprendían su diócesis lo vieran en ese momento, estaría condenado al infierno por haber caído en lo más oscuro del pecado. Y como un insulso pecador disfrutando del más prohibido fruto, dio un sorbo de su bebida, sintiendo el ardor en su garganta mientras disfrutaba del espectáculo. Si con aquella imagen grabandose en sus ojos, se ganaba el infierno, estaba más que dispuesto a bajar solo por haber tenido ese privilegio. Se levantó de su asiento, manteniendo el mismo silencio que habían estado compartiendo durante todo ese tiempo. El cabello de la escritora estaba sujeto en un moño para evitar enredarse entre las cuerdas, sin embargo, algunos mechones traviesos habían luchado por permanecer sueltos. Alastor acomodo uno en particular detrás de su oreja, disfrutando del respingo que ella hizo cuando sintió su mano tan cerca de su oreja. Sus ojos estaban cubiertos con una fina venda oscura, así que no podía verlo, pero Alastor si podía ver todo de ella. Cada atadura colocada con una intención precisa, siguiendo las líneas naturales de su esbelto y delicado cuerpo, creando patrones que fluyen grácilmente con ella. A medida que las cuerdas la envolvían, se mostraba la tensión y el alivio en cada vuelta, un diálogo visual entre la sujeción y la liberación. Pensó que para una primera vez, atarla en el aire con sus brazos y piernas elevadas sobre su espalda sería algo complejo, incluso temió causarle daño aunque trato de usar sus manos con delicadeza, atando las muñecas con un nudo elegante para luego llevar las cuerdas hacia arriba, envolviendo el torso. Sin embargo, cuando la cuerda trazó las líneas entre sus brazos y rebosantes pechos, algo le hizo comprender que Charlie no tendría problemas para lograrlo. Igualmente, fue cuidadoso, centrando su atención en los detalles, procurando que cada nudo se convirtiera en un punto de conexión, que provocará no solo una sensación de vulnerabilidad sino también de confianza y placer. Así, fue bajando en su desfile de cuerdas hacia las piernas, donde la creatividad se entrelazo con la técnica. Las ataduras en los muslos, cuidadosamente colocadas, no solo adornaban, sino que también formaban toda una espiral de sensualidad y contención. Charlie era una obra de arte viva, una frágil criatura que resaltaba su belleza con la finura de los lazos que ahora cubrían su cuerpo y la dejaban expuesta para él. Llevando una de sus manos a una de sus nalgas, la masajeo suavemente mientras sentía con claridad el estremecimiento de la joven que alzaba su rostro en su búsqueda. Con placer, vuelve a rozar la zona, pero esta vez bajando peligrosamente hacia sus pliegues descubiertos. Charlie jadea, completamente desprevenida, arqueándose cuando siente la mano de Alastor hundirse dentro de ella, lo hace de forma lenta y tortuosa, metiendo los dedos dentro de su cuerpo y presionando el clítoris con el pulgar. Lo hacía varias veces, subiendo y bajando el ritmo en una especie de juego que intentaba hacerla perder la razón. Aprovecha la versatilidad de las cuerdas para girarla en su dirección para mirarla mejor. Es toda una gloria ante sus ojos. Su dulce vagina rosa está expuesta para ella así como el contorno de sus nalgas, una cuerda ligera transita entre ambos labios, fomentando el constante roce para estimularla aun sin tener que hacer nada. Aun así, la abre un poco para facilitar la deseosa vista, viendo como de la temblorosa zona, comienzan a gotear algunos fluidos que llegan al piso. El hombre sonríe e inclina ligeramente, dando un ligero suspiro. Se acerca un poco más para empezar a lamer la zona, disfrutando del ligero sabor. La escritora lanzó un gemido sonoro y profundo al sentir la cálida lengua moviéndose dentro de ella. Moviéndose lentamente, degustando cada parte de ella como un manjar, eso era para Alastor, la definición máxima del fruto prohibido que yacía ahora entre sus manos y con cada sorbo creía que se embriagaba más. Los espasmos de placer consumían ya las piernas de Charlie que gemía y gemía sin recato alguno. En algún punto, la liberación parecía sentirse demasiado cerca pero el Obispo se apartó de ella, alejándose de su ansiado orgasmo. Intentó moverse, impedida por las cuerdas que la sostenían. —Alastor, por favor —suplica. No era la primera vez que jugaba con ella de ese modo, pero no puede soportarlo en ese instante, necesitaba correrse cuanto antes. Pero el obispo hace oídos sordos, apartándose un poco de ella. La cuerda tiembla y las extremidades de Charlie se contraen. Ella quiere algo pero no lo vocaliza, lo que hace que Alastor se sienta tentado a incitarla un poco más para ver hasta que punto logra aguantar. Estando aún cerca de ella, desabrocha el cierre de su pantalón, liberando su propia erección. Con diversión, empieza a rozarse contra ella, bañándo la punta entre sus jugos, frotando la abultada cabeza contra el clítoris y entrando apenas un poco antes de volver a apartarse. —Al, por favor, no me hagas esto… Pero Alastor se rie, apretando una de sus nalgas para luego hacer de nuevo lo mismo. Era una tremenda tortura. —Si no dices claramente lo que quieres no voy a poder saberlo querida. Charlie lo resiente, estando tan cerca pero impedida de tomarlo por su cuenta, siente la carne dura y caliente rozándola, y sabe bien qué tiene que hacer para tenerla. —Al, por favor te lo ruego —rogó con desesperación—. Te necesito dentro de mi… La joven siente arder sus orejas, está demasiado avergonzada, pero la necesidad de tenerlo dentro era tanta, que podía decir y decir más cosas similares con tal de saciar su propio deseo. Alastor exhala un poco antes de reir un poco más, puede imaginar la clara sonrisa de superioridad que yace en él y que hace que su necesidad crezca aún más. —Buena chica —dijo con satisfacción. Sin decir otra palabra, el hombre la tomó firmemente de los muslos para introducirse en ella. —¡Por dios! —grito ella una vez sintió toda su extensión dentro de ella. Sus paredes internas se contraen deliciosamente una vez el orgasmo la envuelve pero aun con ello no tiene tregua, sintiendo como Alastor golpea copiosamente en su interior, sin pausa ni misericordia. Charlie jadea necesitada de aire. Apenas se había corrido, así que estaba demasiado sensible. Chillo una vez sintió la fuerte mano del hombre golpear una de sus nalgas y luego otra, siguiendo el ritmo de sus estocadas. Era un demonio disfrazado de clerigo. La risa seca del Obispo se escuchó en la habitación, casi como si hubiera leído sus pensamientos. Se trepó en su hombro, rozando su cabeza contra su cuello y acercándose más a su oído para hablarle. —Usar el nombre de Dios en vano es pecado mi querida —dijo mientras apretaba mucho más sus nalgas para profundizar sus estocadas dentro de ella—. Quizás debería mostrarte que sucede con aquellas que pecan en la casa de Dios. Era algo irrisorio, usar semejante palabrería en un momento como ese donde era más que obvio el insulto que estaban haciendo contra el Todopoderoso, pero parecía haber tenido el efecto deseado en Charlie que comenzó a gritar más fuerte y pedir sus deseos con más libertad, al punto que si no tenían cuidado, serían descubiertos. Sin embargo, a Alastor no podía importarle menos eso. Estaba demasiado inmerso en los gloriosos gemidos de su querida escritora que todo lo demás era irrelevante para ese momento. —Al… Alastor… no puedo, estoy ya… Podía sentirlo, sus paredes internas estaban contrayéndose furiosamente, apretandolo de modo que el mismo tampoco podría mantenerse por mucho más tiempo. Por lo que decide acelerar el ritmo de sus caderas a la par que lleva su mano juguetona al borde de su clítoris para llevarla al límite. Charlie grita, presa del placer de su propio orgasmo que la consume y se lleva consigo al propio Alastor que golpea un par de veces más dentro de ella antes de correrse también en suave y húmedo interior. Ambos permanecieron unidos por unos momentos antes de que Alastor saliera de ella. Aun cuando el cansancio los embargaba, aún tenía que desatar a Charlie con cuidado para que no se hiciese daño. Cuando finalmente estuvo libre, el obispo la cubrió con una fina sábana con la que la llevó hasta su cama. Charlie, con un ligero sonrojo aún en sus mejillas, se acurruco junto a Alastor, quien se había sentado al lado de ella. Ambos estaban en un estado de relajación profunda, como si el tiempo se hubiera detenido. Aun así, manteniendo aún un aire juguetón, Alastor pasó la mano por uno de los muslos de Charlie, notando las marcas que habían quedado ligeramente marcadas en su piel. —No podrás usar faldas durante un tiempo —comentó jocoso. Pronto desaparecerían, pero Charlie no le importaba demasiado cuánto tiempo permanecieran allí. —Está bien —solo le dijo, disfrutando del ligero roce—. Así podemos volverlo a hacer.
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Bueno, el segundo día de este Kinktober 2024 es Shibari. Nunca había escrito sobre esta temática así que espero que haya quedado decente. Espero leer sus comentarios sobre la historia, hay algunos días del reto que me saltaré porque no me gustan mucho los promts, pero tendrán trama y algo de drama, saben que eso me encanta, espero sea de su agrado, estén atentas a mis actualizaciones del resto de mis fanfics 😘