—Sip, definitivamente debes cogertelo.
—¡Angel! —le regaño Charlie a su amigo con todo su rostro enrojecido por la vergüenza—. Te estaba preguntando qué es lo que debería hacer para tomar distancia no para que tenga sexo con él —le recrimino, pero el joven solo se encogió de hombros.
—Si quieres opiniones mojigatas, sería mejor que lo hablaras con Miss rectitud en lugar de consultarlo conmigo. Si estuviera yo en tu lugar y ese moreno de chocolate se me acercara con intenciones impuras ya estaría abriendo mis piernas para que ataque todos los agujeros que tengo a su disposición.
—¡Oh, no quiero saber nada de eso! —chillo Charlie roja como un tomate mientras se tapa los oídos, Ángel solo se rió de ella por su reacción.
—Y se supone que escribes sobre personas que tienen sexo desenfrenado ¿no es una especie de contradicción? Una virgen escribiendo de sexo, tu deberías ser la primera en poner practica lo que escribes.
—No es así —intentó negarse, pero su amigo no le dejo oportunidad de defenderse—. Por eso estas así, no tienes inspiración porque jamas has conocido en verdad como es una verga, yo por el contrario las adoro y puedo contarte todo lo que he hecho con ellas, todas las posiciones utilizadas y los juguetes que he implementado en mi trabajo. Quizás eso te ayude
CNo, de verdad no quiero oirte hablar sobre nada de eso —le dijo sintiendo como su mente trataba de eliminar cualquier imagen que pusiera su cabeza sobre su amigo teniendo sexo.
Masajeo sus sienes reflexionando cómo pudo pensar que hablar con Ángel sobre lo que le había estado pasando últimamente con el obispo Gallow. Exhausta, la escritora se recuesta sobre la cama mientras su amigo la veía entrar en su nueva etapa de depresión. De verdad, no sabía en que había estado pensando cuando acudió a la iglesia ese día para confesarse. Pero en ese momento en verdad estaba desesperada, había recibido un ultimátum de parte del director de la sección y esa misma mañana su auto presentó un desperfecto que le costaría mucho reparar, lo que la dejaba a merced del ineficiente transporte público, teniendo que ir y venir de su apartado apartamento en la periferia de la ciudad hasta el centro donde quedaba la sede del periodico. Ni mencionar cómo la habían rechazado en el concurso para optar como escritora junior en otra editorial a unos cuantos kilómetros del pueblo. No quería admitir que estaba equivocada y que había escogido un camino que no era para ella. De verdad quería enamorar a sus lectores, lograr que sintieran las emociones de sus personajes como propias y por sobre todo, que se identificaran con los hechos que estos vivían. El problema es que ese tipo de novelas no estaban siendo bien publicitadas en ese momento, la ciencia ficción y la distopía anarquista era el tema del momento, y que ella solo pudiera escribir romance o drama con elementos de historia era lo que la hacía menos atractiva.
Ese día de verdad pensó que no valía para nada y el comentario burlón de Katie solo la hundió en una espiral de auto desprecio que creció hasta que se dio cuenta que estaba en la iglesia ¿Acaso dios la estaba castigando por tener un sueño ingenuo? ¿O sería por haber escrito temas indecorosos con el único deseo de mantenerse en el sector editorial, aunque fuera como escritora de una revista rosa? Termino por romperse en un confesionario que creyó vació, y aunque al decir todo lo que sentía se sintió mucho más animada y liberada, no imaginó que hubiera sido en verdad escuchada por el Obispo de la iglesia.
¡Eso había sido lo más vergonzoso que había vivido en su vida! Mientras escapaba roja de la pena quería que un rayo la partiera. Los días que vinieron estuvo con el rostro pegado a su escritorio toda la mañana, recibiendo seguramente una expresión preocupada de parte de Rosie, pero sencillamente no podía evitar sentirse así. Que sus problemas fueran escuchados por el aire era una cosa, pero admitir que era escritora de relatos eróticos frente al obispo de la iglesia era superar cualquier barrera moral que podía existir. Incluso fue a disculparse porque no podía con la culpa de haber dicho algo como eso incluso aunque fuera una confesión y aunque no estaba segura si este la habría escuchado, igualmente lo hizo para tener su mente en paz, aunque eso no fuera así.

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Divino pecado
Fiksi PenggemarEn un pequeño pueblo de la vieja Luisiana donde las tradiciones se entrelazan con los secretos más oscuros, Charlie, una escritora de novela rosa, se encuentra atrapada en un bloqueo creativo. Desesperada por inspiración, su vida da un giro inespera...