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Nos separamos poco a poco, nos miramos a los ojos, poncho tomo mi mano y nos fuimos hasta el elevador, ya dentro, poncho me abrazo, me abrazo fuerte como si no quisiera que terminara, como si quisiera quedarse asi eternamente, o por lo menos asi lo sentí yo, asi lo abraze yo, me miro y me volvió a besar suavemente, como el beso de la funeraria, fue un beso dulce y delicado, las puertas del ascensor se abrían indicando que llegamos al piso de la habitación de poncho, me tomo de nuevo la mano pero esta vez  me acerco a el y me abrazo por la cintura, llegamos a una habitación, el paso la tarjeta magnetica y entramos, la habitación era gigante, poncho me abrió la puerta y entre antes que el, estaba temblando, estaba mas nerviosa que en nuestra primera vez yo creo, sentía que temblaba, poncho me voltio de tal manera que quedamos frente a frente, sin decir palabra me beso, poso sus manos una en mi cintura y la otra en mi cuello y poco a poco, hipnotizada con ese beso mis piernas tropezaron con la cama sin darme cuenta y sus manos se posaron en mis caderas, poco a poco me acosto en la cama, dejo mis labios y se levanto, se quito el saco y lo tiro lejos, podía ver en sus ojos ese deseo, ese fuego que siempre lo embargo, que siempre estaba ahí todas las veces que hacíamos el amor, y eso me lleno de valor para seguir lo que era inevitable.

Me volvió a besar profundamente, mientras yo desabrochaba uno a uno los botones de su camisa, y el por su parte, acariciaba mi cintura por encima del entallado vestido, cuando por fin logre sacar su camisa, la mande a volar y el se levanto un poco desabrocho el cinturón de su pantalón y los abrió un poco, se fue directo a mis pies, me quito las sandalias de a poco, mientras acariciaba mis tobillos, mi cuerpo estaba  invadido en su totalidad por ese enorme deseo, ese fuego, que solo el despertaba.....
“eres bellisima” y mi ego se inflaba, sus manos acariciaban mis piernas y se subian por  la falda del vestido llegaban casi a mi esencia y volvían a bajar, dejándome loca, fuera de si, en un movimiento me sente en la cama, sin darle oportunidad a el de protestar, y me puse despaldas a el, me movi el cabello hacia adelante dejándole a cremallera  del  vestido en sus manos, literalmente; la bajo con suma delicadeza y lentitud, que me volia mas loca aun, el vestido callo en mi cintura, dejando en su cara la sorpresa total.

Poncho: no traias sujetador??? –mirándome con total sorpresa-

Solo le sonreí seductoramente, y me levante de la cama, el vestido callo a mi pies, y su mandibula prácticamente también.

Poncho: y tu ropa interior???

Le sonreí mas pícaramente aun, y me acoste encima de el, comiéndomelo  con  mis besos, mientras sus manos acariciaban mi cuerpo en la desnudez total, saque su pantalón, y bóxers en un segundo, ya estábamos a un paso, ambos desnudos, el uno para el otro, sus manos acariciándome y las mias acariciándolo, reconociendo ese  cuerpo perfecto de hombre que el poseía, quería sentirme suya y hacerlo sentir a el mio,  y asi lo hice, el estaba de rodillas en la cama y yo dándole todo el placer que podria darle con mi boca al mismo tiempo que el con sus dedos me llenaba de ese placer que solo conocía con el, que solo el había despertado, sus dedos jugueteaban en mi escencia de mujer, mientras mi lengua y labios hacían lo propio en su masculinidad, en un movimiento, el me levanto, estábamos los dos arrodillados en la cama, uno frente al

otro, deseándonos como nunca lo habíamos hecho, poco a poco me fue acostando y el encima de mi, abri mis piernas para mayor comodidad para ambos, dándole asi la bienvenida que siempre le di, introdujo dos dedos en mi centro, los saco, me queje y   grite de placer cuando lo sentí entrar en mi, nos hicimos uno, como tantas veces lo habíamos hecho antes, como tanto tiempo extrañe hacerlo, sentí un pequeño dolor, supongo por el tiempo que estuve sin tener relaciones, pero el dolor asi como apareció de pronto, asi mismo desapareció dándole lugar al placer mas maravilloso, no estaba en este mundo, ni en el otro, estaba en otro universo donde solo existíamos, poncho, yo y nuestro amor; sus penetraciones eran lentas pero profundas, lo sentía llegar hasta lo  mas dentro de mi, mis piernas estaban totalmente abiertas para el, mis caderas se amoldaban a el nuevamente y no paso mucho tiempo para sentirme en la total comodidad, con el invadiéndome, llenándome, complementándome.

Amor entre familia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora