Alaia fue temprano en la mañana a recoger a Lea de su casa, había rentado una camper para viajar de lo más cómodos, tenía una cama, una sala y cocina, incluso un baño, se había esforzado mucho para que fuera un gran viaje para todos.
Cuando Lea se asomó por la ventana y vió el camper se sintió en un sueño, eso solo pasaba en las películas pero Alaia lo había llevado a la realidad.
— Vaya chica, esto es demasiado. — La madre alfa de Lea salió al escuchar el motor desde tan temprano fuera de su casa.
— Solo quiero que todos se sientan bien, me encargué de invitarlos, lo menos que puedo hacer es tratarlos como reyes.
Alaia tenía una idea un tanto rara de ser servicial, ella solo quería agradarle a todos, lo necesitaba para sentirse bien.
— No creo que signifique eso en realidad, pero está bien.
Lea bajó adormilada, ¿Por qué carajo los alfas eran tan puntuales? Y dios que manía de despertarse tan temprano. Traía sus maletas en mano listas desde hacía al menos dos días. Todavía tenía miedo de ir, estaría a solas con, por lo menos dos alfas, confiaba en ellos, se lo repitió muchas veces para creérselo.
— Déjame ayudarte con las maletas, yo me encargo de todo. — Alaia corrió a tomarlas y meterlas a la pequeña zona de carga. — Sigo estando muy feliz de que vengas con nosotros.
Lea no contestó, cuando tenía sueño no podía pensar en nada más que en volver a la cama, y en las campers había camas, 1+1 lo que hizo al entrar al auto.
— Cuida mucho de ella, y recuerda, si tiene alguna crisis te dimos el número de su psicólogo, quiero decir, no creo que la tenga pero.
— No se preocupe, me encargaré de ella, le aseguro que estará bien.
Palabras, palabras y después Alaia entró a la camper para regresar a su casa, ahí esperaría a los demás (excepto a Adam que se había empeñado en llevar su propio auto, que no para nada había ahorrado como un loco con dos trabajos de medio tiempo durante su año sabático). Se sintió en casa, en una verdadera casa, con su omega dormida en la habitación, ella regresando del trabajo, imaginó todo en un segundo hasta que se encontró a ella misma observando a Lea dormir plácidamente.
Sonrió de oreja a oreja, no, tal vez ese no sería su destino juntas, tal vez jamás llegaran a eso pero en ese momento podía cuidarla y tomaría cada momento feliz para ella. Agarró la cobija más suave que llevó y cubrió a Lea con ella, así descansaría mejor.
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Tres horas de carretera con un par de paradas en gasolineras, para el baño y una de emergencia porque Adam olvidó su celular sobre el mostrador de la última tienda a la que fueron para comprar una botella de agua.
— No me creo que hayas alquilado esto Alaia, en verdad es una broma. — Tania no entendía porque una conocida (Qué sí, que le caía bien e incluso podía considerar su amiga, pero se entiende, que no eran cercanas) los había invitado de vacaciones, ahora que veía la cabaña enorme en la que se quedarían, carajo, ya no solo era que no entendiera, la mareaba.
— Es la cabaña de un investigador amigo de mi mamá, lo utiliza solo en invierno así que la renta en esta época del año.
— Wow, es en realidad genial. — Una vez medianamente instalados (Con sus maletas en el suelo de la sala) Adam, Karla y Silvio salieron corriendo directo a conocer la casa.
— Alaia, en verdad eres genial, aunque no sé si debiste haber hecho esto. — Jana era una omega, eso lo descubrió Lea en cuanto subió a la camper, se sintió aún peor, ¿Qué significaba aquello?
— Ya, sabes como soy, quería que todos se lo pasarán bien, mientras tanto nosotras podemos terminar nuestro proyecto antes de que nuestro asesor nos coma vivas por irresponsables.
No, no quería que esas dos se fueran solas al bosque, no quería que Alaia se separara de ella ni un momento, pero ¿Quién era ella para pedirle algo a esa alfa? Ella era quien la había rechazado, no era cariñosa, no le contaba cosas de su vida a pesar de que Alaia le contaba de todo, tampoco era para empezar una conversación, al menos el 90% de las veces era Alaia quien la llamaba.
Una omega como ella no se merecía a una alfa tan buena.
— Oye ¿Cómo está tú hermano? No me contaste nada después ¿Entró a la carrera que quería?
— Es verdad, olvidé contarte. — Tampoco se lo había contado a Lea, ni siquiera estaba enterada de que el hermano de Alaia fuera a entrar a la universidad ¡NI SIQUIERA SABÍA QUE TENÍA UN HERMANO! Sabía de su hermana, por eso pensó que solo eran dos. — Decidió que quería irse de intercambio a Alemania así que comenzará sus estudios hasta dentro de 6 meses.
— Que oportunidad de ensueño.
Lea estaba ahí, abandonada, olvidada, sola, sola rodeada de gente y completamente sola.
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Después de la tormenta (Omegaverse Gl)
Romansa- ¿Cómo se puede escapar del abismo? ¿Por qué todos dicen que el mundo es bello? - Porque lo es ¿Salimos de esto juntas? Paso a paso lo van a lograr, juntas. La siguiente lectura contiene temas maduros que pueden no ser adecuados para todos por fav...