A partir de ese día Lea llevaba la sudadera de Adam a todos lados, con el tiempo comenzó a estar agusto con las feromonas, por tanto, y esta vez sí apoyada del psicólogo, decidió dar el siguiente paso.
— No puedo creer que hayas querido verme aquí.
Estaban en un restaurante, uno de comida rápida pues era dónde más gente había y eso la hacía sentirse segura, pero restaurante al fin y al cabo.
— Tan solo... estoy muy cansada de tener miedo.
— Lea, si puedo hacer algo, lo que sea para ayudarte sabes que aquí estoy.
— Ya haces mucho con solo venir aquí Adam. — Un tanto avergonzada, tomó su mochila y sacó la sudadera del alfa para entregársela, que después de las dos semanas que llevaba usándola ya apenas tenía sus feromonas.
— No, no, no, no tienes porque regresarmela, quédatela todo el tiempo que la necesites Lea, para eso es. — Con su sonrisa bonachona rechazó la sudadera.
— No te la estoy devolviendo. — Aclaró de inmediato. — Necesito un favor, ¿Podrías por favor darme algo más con tu olor? — Sus mejillas ardían en vergüenza. — En verdad me ayudaron mucho estos días.
— Claro, no tengo problema, en mi auto debo tener alguna otra ¿Te importa si te dejo un momento y voy por ello?
— Adelante. — No quería que se fuera, no quería quedarse sola, eso la aterraba. — Te espero.
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Alaia lloró casi dos horas después de que le contaran lo que le había sucedido a Lea, es que era una persona mucho muy empatica. Como una buena alfa fingió estar bien, se levantó del sillón y caminó hasta su habitación, ahí fue cuando su mundo se rompió.
¿Cómo alguien podía hacer eso a otra persona? La dejaron tirada, llena de sangre a su suerte, por eso estaba tan aterrada la pobre.
No se atrevería a lastimarla más, fue entonces cuando todas sus ideas de luchar y seguirla se fueron al caño, porque amar a un mate significa que todo su corazón fuera para ella, y todo su corazón le decía que no podía siquiera acercarse porque eso la asustaría.
¿Entonces rendirse si era la verdadera opción? En realidad ya no tenía idea de que era lo que debía hacer.
Silvio decidió que esas dos horas de llanto eran suficientes para entrar a la habitación de su amiga a preguntar como estaba.
— ¿Te sientes mejor?
— No deberías preocuparte por mi, a mi no me pasó nada, esto no es sobre mi.
—Pero a ti te afectó enterarte, y tú estás aquí ahora. — Silvio era muy bueno con ella, lo adoraba, es que era tonta y simplona, adoraba a todas las personas... a casi todas ahora, a ese monstruo lo destruiría sin pensar dos veces las consecuencias de sus actos.
— Estoy bien. — ¿Debía decirle? Por cierto, tu amiga, la misma que me acaba de hacer llorar es mi mate, y sé que estabas muy enojado por tener que contarme, pero deberías saber que en verdad quiero estar con ella y no quiero asustarla así que no sé que debo de hacer ahora.
— Alaia, ahora me gustaría contarle a Lea que te hablé sobre ella, no me gustaría que se enterara de otra manera, es mi amiga y sobre todas las cosas quiero cuidarla en este momento.
— Claro, claro, no deberías siquiera preguntarme eso, perdón, perdón en verdad por presionarlos, no debí hacerlo, no me imaginé jamás que fuera algo tan grave. — Alaia entonces se dio cuenta de lo que debía de hacer, porque por lo menos no se quedaría con los brazos cruzados. — Podría... podría decírselo yo misma.
— Yo... yo no creo que sea una buena idea.
— Tranquilo, sé que no debo acercarme, no me atrevería jamás, no pienso volver a asustarla de esa manera, de ninguna manera en realidad. — Respiró profundo para pensar sus palabras, a ella le costaba mucho acomodar sus palabras sin pareces una completa idiota, y no por ser una mala persona, si no por ser en verdad idiota. — Le, yo le escribiré una carta ¿Crees que eso esté bien? Solo lo haré si te parece bien.
No estaba seguro de que fuera la mejor idea, aún así creyó que tal vez no estaría tan mal, quería decir, Lea se estaba dando la oportunidad de retomar su vida, por tanto y pese a su disonancia terminó aceptando.
— Está bien, hazlo, pero ten mucho cuidado con lo que escribes en esa carta Alaia, en verdad te lo pido.
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Silvio y Karla fueron a la casa de Lea para saber cómo estaba, después de haber visto a Adam se había desaparecido una vez más así que se preocuparon.
— Chicos, no sabía que Lea los había invitado. — La mamá de Lea era muy linda, y daba menos miedo que su madre alfa sin duda alguna, que esa era un tanto aterradora a pesar de que en realidad era una muy buena persona.
— No, lo siento, en realidad solo estábamos preocupados ¿Podríamos entrar?
— Claro, claro, saben dónde está su cuarto, solo asegúrense de tocar la puerta.
Subieron las escaleras hasta la habitación de Lea, rapiditos rapiditos pues querían hablar con ella sobre la carta, que no estaban seguros si dársela o no. Tania había opinado que era una buena idea, incluso ella quería dársela personalmente, bueno, si no fuera por los exámenes y entrega de proyectos que estaba a escasos centímetros de acabar con ella.
— Lea, ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? — Karla si tocó la puerta, pero al no recibir respuesta igual entró, estaba segura de que su amiga no estaría haciendo nada raro por lo que se dio ese permiso.
— No respondías mensajes así que pensamos que venir a verte sería una buena idea. — Lea no estaba en su cuarto así que ambos dieron por hecho que estaba en su baño.
Silvio dejó sus cosas en el escritorio abandonado que alguna vez significó horas de desvelos y estudios, caminó para poder sentarse en la cama de la omega y a esperar, hasta que vió a su amiga con una cara de terror absoluto en el rostro.
— ¿Qué tienes Karla?
— Sus feromonas... aquí no huele a ella, huele a sangre.
El beta, que por falta de instintos hasta ese momento advirtió que algo estaba mal se dió cuenta como por debajo de la puerta del baño comenzaba a escurrir agua de la bañera. Sin pensarlo un solo segundo se lanzó contra esta para abrirla, obvio que el seguro estaba bien puesto, Lea no quería que la salvaran. De una patada logró romper la cerradura y entrar al baño para encontrarse con su amiga con los brazos cortados.
— ¡AYUDA!
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Después de la tormenta (Omegaverse Gl)
Romance- ¿Cómo se puede escapar del abismo? ¿Por qué todos dicen que el mundo es bello? - Porque lo es ¿Salimos de esto juntas? Paso a paso lo van a lograr, juntas. La siguiente lectura contiene temas maduros que pueden no ser adecuados para todos por fav...