"Por fin pasaron dos meses y medio, el tonto yeso ya no molestará más ¡Por fin puedo volver a entrenar! No sabes lo feliz que me hace, solo quería compartirlo porque me hace muy feliz y aunque tal vez no signifique nada para ti, para mi es muy importante.
También me gustaría contarte otra cosa, una un poco más alocada a la que sé que dirás que no, pero bueno, si logré que me contestaras cartas desde hace unas semanas tal vez pueda convencerte de esto ¿Crees que soy persuasiva?
Me gustaría poder hacer una llamada contigo."
Alaia estaba temblando al escribir su número de teléfono una vez más, era IMPOSIBLE que Lea aceptara aquello, ya había ganado bastante con el par de cartas que le llegaron de la omega, ninguna contaba mucho, respuesta a las que ella escribía y nada más, cartas tan simples y con poco texto que eran tristes, pero ahora adornaban la pared de su cuarto, la que estaba al lado de su cama, así podría soñar con ella.
"Sé lo descabellado que suena, creeme que lo sé, y si piensas que estoy pidiendo mucho o que me sobrepasé entonces te pido una disculpa y que olvides esto, odiaría tener que dejar de escribirte solo por este error mio.
Aunque en el caso de que por algún motivo extraño aceptes mi petición que sepas que puedes hacerlo a cualquier hora, no tengo problemas con ello, si quieres despertarme de madrugada atenderé sin dudar, ¿Cuando esté entrenando? Qué importa, mi entrenador tendrá que entender."
Terminó la carta sin despedirse porque soñaba que se despedirán cuando hablaran por teléfono, con eso podría morir en paz.
Buscó una vez más una estampa con la que cerrar el sobre, hasta ese momento ya había utilizado; Perro, oso, zanahoria disfrazada, elefante, pez globo, martillo con cara feliz, lagartija, etc, etc, ya ni siquiera las recordaba, aunque para esta vez quería que fuera algo especial, aunque solo fuera un símbolo que ella misma notara, ahora se trataba de un girasol.
Estaba que volaba de emocionada, imaginarse la voz de Lea, imaginarse una charla normal con la persona que le gustaba se le iba de las manos, en su mente ya estaba bailando una samba deliciosa, llena de éxtasis.
Para calmar un poco el fuego que la estaba quemando salió de su habitación con las llaves de su auto en mano, sentía que debía recorrer el mundo entero, aunque en realidad tenía que ir a entrenar antes que su coach le diera una regañiza de primera.
— Silvio, ¿Podrías darle esto a Lea?
— No voy a ir a verla, tengo exámenes esta semana así que no sé cuándo iré. — Eso era parcialmente cierto, no iría a casa de Lea en unos días para poder estudiar, en cambio vería a Tania y Karla y claro que ellas si irían a casa de Lea, sin problemas podrían ser ellas las encargadas de entregar la carta, claro que era mucho pero que mucho más interesante ver qué era lo que haría Alaia para resolver el problema.
— ¿Crees que pueda dársela yo misma? Bueno, me refiero a dejarla en su casa, yo no se la daría exactamente.
— Dame tú teléfono. — Alaia accedió al momento sin detenerse a pensar porque Silvio querría su celular. — Esa es su dirección, tú decides lo que haces con esa información.
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Bien, ahora Lea tenía que aceptar que le agradaba Alaia, no tenía dudas, claro que eso no desaparecía ni un poco lo que pensaba de ella, le tenía miedo y no quería nada, a pesar de ello, esa figura borrosa que tenía en la mente de la alfa poco a poco había adquirido un color que brillaba por sí mismo, todas las palabras que Alaia se esforzaba tanto en escribir le daban forma a una persona alegre que en realidad se preocupaba por ella, por lo que sentía, una persona de verdad.
Se arregló para verse linda, desde ese día no lo hacía, solo se vestía con lo primero de ropa que encontraba, hoy era especial, llamaría a Alaia, y cómo se trataba de algo digital entonces se atrevería a sentir.
Esperaba no molestarla, pese a lo que había dicho en la carta no quería ser imprudente y llamarla en un mal momento.
Escuchó el tono marcar, vio su cara en la pantalla, sus manos temblaban así que terminó dejando el teléfono, no podía creer lo que estaba haciendo, no se creía tan valiente. El tono marcó un buen rato, imaginó que la alfa estaba ocupada pero no quiso colgar, estaba haciéndole caso a la carta de que podía escribirle en cualquier momento.
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Después de la tormenta (Omegaverse Gl)
Roman d'amour- ¿Cómo se puede escapar del abismo? ¿Por qué todos dicen que el mundo es bello? - Porque lo es ¿Salimos de esto juntas? Paso a paso lo van a lograr, juntas. La siguiente lectura contiene temas maduros que pueden no ser adecuados para todos por fav...