El encuentro

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Sábado 7:34
La noche se cernía sobre la ciudad, cubierta por un manto de luces brillantes y el suave murmullo de la vida nocturna. Samantha, con su inconfundible porte y un aire de confianza que desbordaba, llegó al restaurante lujoso. Se acomodó en una mesa reservada, elige una esquina estratégica con vista a la entrada, siempre alerta. Su estilo ostentoso y el poder que emanaba la hacían destacar entre los demás comensales.

Mientras aguardaba, sacó su teléfono y miró la pantalla. Abril había respondido rápidamente, aceptando la invitación con un entusiasmo que la intrigaba. Samantha había oído hablar de Abril: una joven millonaria, conocida por su belleza y su inteligencia, pero también por su espíritu rebelde. Era el tipo de mujer que podía moverse en el mundo de los negocios y en el de la alta sociedad con la misma facilidad.

La puerta del restaurante se abrió y Abril entró, deslumbrante en un vestido negro que abrazaba su figura. Su cabello caía en suaves ondas sobre sus hombros, y una sonrisa confiada iluminaba su rostro. Se acercó a la mesa de Samantha, quien la recibió con una mirada evaluativa pero con una sonrisa en los labios.

—Hola, Abril. Me alegra que vinieras —dijo Samantha, mientras hacía un gesto para que se sentara.

—Gracias por invitarme, Samantha. Este lugar es impresionante —respondió Abril, observando a su alrededor con curiosidad.

A medida que la conversación fluía, ambas comenzaron a compartir anécdotas. Abril hablaba de sus viajes por el mundo, de sus negocios y de su vida de lujo. Samantha, por su parte, no escatimó en detalles sobre su mundo en la mafia, aunque lo hizo de una manera intrigante y cautivadora, como si narrara una historia de ficción.

—La vida que llevas es fascinante —dijo Abril, desafiando a Samantha a revelar más—. No muchas mujeres se atreven a entrar en ese mundo.

Samantha sonrió, disfrutando del interés de Abril.

—La vida tiene sus riesgos, pero también sus recompensas. A veces, es necesario jugar con las cartas que te dan. —Se inclinó un poco hacia adelante, como si compartiera un secreto—. Y créeme, hay más de lo que parece a simple vista.

Mientras charlaban, un grupo de hombres entró al restaurante. Todos llevaban trajes elegantes, pero el que lideraba tenía una presencia que llamaba la atención. Samantha se enderezó de inmediato, su expresión cambiando. Era un viejo rival, alguien que había estado en el camino de Samantha en su ascenso al poder. No podía permitir que su presencia arruinara la noche.

Abril, notando el cambio en la atmósfera, preguntó con curiosidad:

—¿Todo bien?

—Todo bajo control —respondió Samantha, con una sonrisa forzada. No quería que la preocupación empañara su encuentro.

Pero el rival no la ignoró. Se acercó a la mesa con una sonrisa cínica.

—Samantha, siempre rodeada de compañía interesante —dijo, su mirada desafiando a la mafia que la había hecho famosa.

Samantha se mantuvo firme. —¿Necesitas algo? —preguntó con frialdad.

—Solo saludarte. No quiero interferir en tu... velada romántica. —Su tono era burlesco, buscando provocar.

Abril, al ver la tensión, intervino. —No hay nada de romántico aquí, solo una conversación entre amigas.

Samantha lanzó una mirada rápida a Abril, apreciando su valentía.

—Así es. ¿Te gustaría unirte a nosotros? —dijo Samantha, su tono cambiando de desdén a desafío.

El rival se rió, levantando las manos en señal de rendición. —No, gracias. No estoy interesado en el caos. —Se dio la vuelta y se alejó, dejando a Samantha y Abril en un tenso silencio.

Una vez que se fue, Samantha se relajó y miró a Abril. —Lo siento por eso. No todas las noches son tranquilas en mi mundo.

Abril sonrió, claramente intrigada. —Eso solo hace las cosas más interesantes.

Samantha, sintiendo una conexión con Abril, decidió dejar atrás la tensión. La noche continuó con risas y confidencias, y mientras compartían historias, Samantha sintió que había encontrado a alguien con quien podía ser auténtica, alguien que no temía su pasado.

La cena terminó, y las dos mujeres se sintieron unidas por un extraño lazo. Samantha sabía que Abril podría ser más que una amiga; podría convertirse en una aliada en su mundo lleno de peligros.

Al salir del restaurante, la brisa nocturna les dio la bienvenida. Ambas se dirigieron hacia sus respectivos autos, pero antes de separarse, Abril se volvió hacia Samantha.

—Esto ha sido genial. Espero que podamos hacer esto de nuevo.

Samantha sonrió. —Definitivamente. La próxima vez, te mostraré cómo se vive realmente en mi mundo.

Abril asintió, sus ojos brillando con emoción y curiosidad. No tenía idea de la montaña rusa que estaba a punto de experimentar, pero una cosa era clara: Samantha estaba dispuesta a arriesgarlo todo por esta nueva "amistad".

"DEL PORTE" G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora