"DEL PORTE" G!P

Sensaciones

Samantha se despertó con la sensación de que algo andaba mal. No era solo el calor agobiante del mediodía o el sonido distante de motores acelerando por la autopista. Había algo en el aire, una tensión que no podía ignorar. Se levantó de la cama, todavía con la ropa arrugada de la noche anterior, y caminó hacia la ventana. Afuera, sus autos lujosos brillaban bajo el sol, pero esta vez, no le ofrecían la satisfacción de siempre.

Encendió su teléfono, esperando mensajes habituales de sus "contactos", pero la pantalla permanecía inusualmente tranquila. En lugar de las usuales notificaciones de negocios, solo había un mensaje. No era de sus socios, ni de las mujeres que siempre tenía a su alrededor. Este mensaje era diferente: corto, preciso, y le causó un escalofrío que recorrió su espalda.

"Nos vemos pronto."

No había remitente.

Samantha sintió que su control sobre la situación, algo que siempre había sido su mayor ventaja, comenzaba a tambalearse. ¿Quién se atrevería a enviarle algo tan críptico? Y, más importante, ¿qué significaba?

Sabía que en su mundo de excesos y poder, las traiciones podían venir de cualquier lado, incluso de los lugares más inesperados. Decidió no mostrar debilidad. Bajó al garaje, subió a su auto más discreto y se dirigió hacia el único lugar donde se sentía segura: la mansión de un viejo conocido, alguien que había prometido lealtad, pero en su interior sabía que esa promesa no siempre significaba lo mismo.

Al llegar, fue recibida por la imponente figura de su viejo amigo, su sonrisa oculta tras una barba descuidada. Le ofreció una copa, pero Samantha declinó. Se sentó en silencio, con la mirada fija en la chimenea apagada, preguntándose qué sería lo siguiente.

Finalmente, su amigo habló:
—Parece que has hecho algunos enemigos, Sam. Más de los que puedes manejar.

Ella lo miró fijamente, sus ojos oscuros mostrando una chispa de desafío.

—Siempre he manejado bien a mis enemigos —respondió con voz firme.

—Esta vez... puede que no sea tan sencillo.

El silencio volvió a llenar la sala. Samantha sabía que algo grande se acercaba, algo que pondría a prueba todo lo que había construido. Solo quedaba una pregunta: ¿estaba lista para enfrentarlo?