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En las profundidades de la ciudad, donde el lujo y el crimen se entrelazan, dos mundos opuestos estaban destinados a colisionar. La noche caía sobre los rascacielos, iluminados con destellos de neón, mientras en las sombras, una batalla de poder se libraba sin que la mayoría de los ciudadanos lo supieran.

Samantha, una figura temida en los bajos fondos, era conocida por su destreza para mantener el control de su imperio criminal. Nadie se interponía en su camino sin pagar un alto precio. Su reputación era la de una mujer implacable, astuta y fría como el acero. Con el semblante frío  y vestida con trajes oscuros que exudaban autoridad, Samantha podía oler la traición a kilómetros de distancia y siempre estaba tres pasos adelante de cualquiera que intentara desafiarla.

Abril, por otro lado, vivía en una burbuja de privilegios. Hija del magnate Ricardo Valverde, su vida transcurría entre eventos benéficos, reuniones con la alta sociedad y los lujos que solo una cuenta bancaria infinitamente profunda podía ofrecer. Sin embargo, Abril no era la típica hija de millonario. Debajo de su apariencia perfecta, sentía un vacío. Las sonrisas falsas y los saludos superficiales en las galas no le interesaban, y la opulencia que rodeaba su vida la hacía sentir prisionera. Quería más. Quería aventura, peligro, algo real.

Esa búsqueda de lo auténtico fue lo que la llevó a encontrarse con Samantha una noche en un club clandestino de la ciudad. Abril había escuchado rumores sobre el lugar, una guarida de criminales y tipos peligrosos, y decidió ir sola, disfrazada para que nadie la reconociera. Sabía que estaba poniendo su vida en riesgo, pero era justo lo que buscaba. En ese ambiente de humo y tensión, sus ojos verdes se cruzaron con los de Samantha.

Samantha, siempre alerta, detectó de inmediato que Abril no pertenecía a ese lugar. Aunque estaba disfrazada, la clase y la arrogancia que emanaba eran inconfundibles para alguien como Samantha, que había aprendido a leer a las personas al instante. En un mundo donde la lealtad era frágil y el poder lo era todo, Abril era un misterio intrigante, y Samantha odiaba los misterios sin resolver.

—Tú no eres de aquí —le dijo Samantha, acercándose a Abril en una esquina oscura del club, su voz grave y segura.

Abril, en lugar de mostrar miedo, sonrió. Una sonrisa desafiante, atrevida.

—¿Y qué si no lo soy? —respondió, intentando mantener la compostura, aunque su corazón latía con fuerza.

Samantha ladeó la cabeza, analizándola. Sabía que esta chica estaba buscando problemas, pero había algo más en ella. Un brillo en sus ojos que la hacía destacar entre los demás.

Samantha dejó escapar una pequeña risa.

"DEL PORTE" G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora