"DEL PORTE" G!P

Sombras En El Horizonte

Samantha se acomodó en el sofá, la inquietud danzando en su interior como una sombra. Su amigo, aún con una mirada de preocupación, se sumió en sus pensamientos, dejando a Samantha sola con su creciente ansiedad. Pero no podía dejar que eso la detuviera. Justo cuando la tensión empezaba a abrumarla, la puerta se abrió.

Abril, con su cabello largo y despeinado y una sonrisa que iluminaba la habitación, entró como un soplo de aire fresco. Había llegado justo después de recibir un mensaje de Samantha que la había preocupado. Aunque la relación entre ellas había crecido, todavía había un aire de misterio que rodeaba el mundo de Samantha.

—¡Samantha! —exclamó Abril, acercándose con pasos seguros—. No esperaba encontrarte aquí. Te he estado buscando.

—¿Por qué? —preguntó Samantha, sintiendo que su corazón latía un poco más rápido.

Abril frunció el ceño, notando la tensión que llenaba el espacio. Se sentó frente a Samantha, sus ojos fijos en ella.

—He oído rumores, Sam. Cosas sobre esos "contactos" tuyos. —Su tono se tornó serio—. Necesito saber si estás en peligro.

Samantha apretó los labios, insegura de cómo responder. Parte de ella quería mantener a Abril al margen, protegerla de este oscuro mundo. Pero otra parte sabía que su conexión era más fuerte que cualquier secreto.

—No sé quién lo ha hecho, pero me han amenazado. Un mensaje que no puedo ignorar. —Samantha lo dijo de manera directa, sintiendo el peso de cada palabra.

Abril se inclinó hacia adelante, la preocupación grabada en su rostro.

—¿Por qué no me dijiste nada antes? Podría haberte ayudado.

—Porque siempre quiero protegerte. No quiero que te involucres en esto. —Samantha se sintió vulnerable, pero también aliviada al compartir su carga.

Abril tomó la mano de Samantha, sus dedos entrelazándose de manera natural.

—No soy de cristal, Samantha. Quiero estar a tu lado, especialmente cuando las cosas se ponen difíciles. Somos un equipo, recuerda.

Samantha se sintió abrumada por la calidez de la mano de Abril, un recordatorio de que no estaba sola en esto.

—Tienes razón. —Samantha respiró hondo, su voz un poco más suave—. Tal vez no debería haber tratado de enfrentar esto sola.

Abril sonrió, y por un momento, la pesadez en el aire se sintió un poco más ligera.

—Entonces, ¿qué haremos? —preguntó Abril, su mirada desafiando a cualquier temor que pudiera tener.

—Primero, debo descubrir quién está detrás de esto. Luego, tal vez, podamos hacer un plan. —Samantha apretó la mano de Abril, sintiendo que su conexión podía ser una fuerza poderosa en medio de la tormenta que se avecinaba.

Las dos se miraron, entendiendo que, aunque los problemas eran grandes, su unión podría ser la clave para superar cualquier desafío.