Encuentros de Medianoche

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La noche caía sobre la ciudad, y las luces de las calles apenas lograban atravesar la bruma que se cernía sobre las esquinas. Samantha observaba las luces titilar desde la ventana de su habitación, perdida en pensamientos que la llevaban a una sola dirección: Abril.

Después de mucho pensarlo, decidió salir. Se puso una camisa de botones ajustada, pantalones negros y elegantes zapatos que resonaban en las calles silenciosas. Para completar su atuendo, se colocó un sombrero negro que daba un toque imponente y misterioso a su figura. Así, con pasos firmes, se deslizó por las sombras hasta llegar al parque donde habían compartido su primera conversación significativa. Era un lugar tranquilo y apartado, donde las sombras y los secretos parecían esconderse entre los árboles.

Al llegar, notó una silueta conocida sentada en la banca bajo el viejo farol.

Era Abril. Parecía haber llegado antes que ella y no se sorprendió al verla. Tal vez, de alguna forma, ambas habían sentido la misma necesidad de estar ahí, en ese momento.

—Samantha —dijo Abril con una sonrisa suave, invitándola a sentarse a su lado.

Samantha se acercó lentamente y se sentó, sintiendo cómo el frío de la noche se disipaba un poco al estar junto a ella. Las palabras sobraban. El silencio entre ambas era tan cómodo como sus miradas, que parecían decir todo lo que aún no habían tenido el valor de pronunciar.

Finalmente, Abril rompió el silencio.

—No sé qué pasa entre nosotras, pero no quiero que termine —confesó, bajando la mirada.

Samantha tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de Abril.

—No terminará, Abril. No mientras ambas queramos lo mismo —respondió con una firmeza inesperada, como si esa respuesta hubiese estado guardada en su corazón desde siempre.

Ambas se quedaron ahí, compartiendo la calidez de ese momento, sin preocuparse del tiempo ni del frío. Sabían que, de algún modo, sus caminos se habían cruzado para unir sus almas en medio de la noche.

"DEL PORTE" G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora