La Noche

66 6 3
                                    


Samantha estacionó su GMC Sierra frente a la casa de Abril y respiró hondo. La última vez que estuvo ahí, la mamá de Abril la había despedido con una sonrisa forzada y una mirada de desconfianza que Samantha reconocía a kilómetros. Esta vez, quería ser prudente, no meterse en problemas, especialmente con Abril a su lado.

-¿Lista?- preguntó Samantha, forzando una sonrisa mientras miraba a Abril.

-No te preocupes tanto- respondió Abril, apretando la mano de Samantha antes de salir del auto. -Mis papás... son estrictos, pero eso no significa que no puedan cambiar de opinión.-

Samantha asintió, aunque en su mente dudaba. Bajó del auto, acomodándose la camisa blanca de botones y el sombrero negro, sus compañeros de siempre. Llevaba un pantalón negro sencillo que le daba un aire elegante pero informal, y se aseguraba de que su arma, en el cinto, estuviera bien oculta. Aunque sabía que la relación con Abril no era vista con buenos ojos por sus padres, sentía que nada ni nadie podría detenerla.

Al entrar, el ambiente se sintió tenso de inmediato. Los padres de Abril los esperaban en la sala, con expresiones serias que indicaban que no iba a ser una noche fácil. Samantha respiró hondo, tratando de parecer relajada, aunque su mente estaba alerta.

-Buenas noches, señor y señora Vargas- saludó Samantha, manteniendo un tono respetuoso.

El papá de Abril respondió con un leve gruñido, y la mamá de Abril apenas asintió, sin levantar la vista de su café. Abril se sentó junto a Samantha en el sofá, tomándola de la mano. Aunque el gesto fue discreto, no pasó desapercibido para los padres de Abril, quienes intercambiaron una mirada que claramente decía más de lo que sus labios pronunciaban.

-Así que, Samantha- comenzó el papá de Abril, con una voz que sonaba a reto disimulado. -¿A qué te dedicas exactamente?-

-Trabajo en algunos negocios familiares y en un par de proyectos personales- respondió Samantha con calma, pero sabía que su respuesta estaba lejos de satisfacer la curiosidad del hombre.

-¿Negocios familiares?- La mamá de Abril arqueó una ceja. -¿Qué tipo de negocios?-

Antes de que Samantha pudiera responder, Abril intervino, visiblemente incómoda. -Mamá, papá, ya hemos hablado de esto.-

-Solo queremos conocer un poco mejor a tu... amiga- interrumpió la mamá de Abril, enfatizando la última palabra con una frialdad que dejó en claro su desaprobación.

Samantha apretó los labios, conteniéndose para no responder con la misma dureza. Había estado en situaciones difíciles antes, pero esto se sentía diferente, más personal. Respiró hondo, recordando que estaba allí por Abril, no por ganarse la simpatía de sus padres.

El papá de Abril miró de arriba abajo a Samantha, frunciendo el ceño. -Uno nunca sabe quién puede estar cerca de su hija, sobre todo cuando traen ciertas... influencias.-

Samantha sintió el comentario como un golpe, pero mantuvo su postura. Movió ligeramente su camisa para ajustarse, y fue en ese momento que el padre de Abril notó algo metálico en su cinto. Se quedó en silencio, con los ojos fijos en la pistola que Samantha trataba de disimular bajo la camisa.

La mamá de Abril también lo notó y palideció. Los dos intercambiaron miradas de alarma, pero ninguno dijo nada. El cambio en sus rostros fue evidente; ambos pasaron de ser interrogadores a quedarse sin palabras, y el ambiente se volvió incómodamente silencioso. Abril también notó el cambio y miró a sus padres, confusa, sin entender qué había sucedido.

-Eh, bueno... creo que podemos dejar esta conversación por hoy- murmuró la mamá de Abril, tratando de disimular su incomodidad.

Samantha aprovechó la oportunidad. -Gracias, señora Vargas, señor Vargas. Abril y yo solo planeábamos pasar un rato juntas, si no les molesta.-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"DEL PORTE" G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora