Capítulo 6: Inhumano

555 74 3
                                    

Me senti inspirado XD

----

Makima se encontraba en un rincón aislado de la finca Zenin, perfeccionando la técnica que había descubierto hace poco. A lo largo de los años, había notado cómo su control sobre los seres inferiores crecía cada vez más. Primero fueron animales pequeños, cuyas mentes débiles se doblegaban ante su voluntad, y luego, con más precisión, había desarrollado una habilidad devastadora que le permitía aplastar, disparar o cortar a sus víctimas sin siquiera tocarlas.

Mientras apuntaba hacia una pequeña piedra, extendió su dedo con calma, concentrándose. Susurró dijo una simple palabra. "Bang". De la nada un proyectil invisible disparó una onda de choque que destrozó la piedra en pedazos. Un destello fugaz de satisfacción apareció en sus ojos, pero algo más oscuro también residía allí.

Había descubierto que podía manipular esta fuerza para devastar a cualquiera. En ese momento, Makima decidió que no necesitaba ver a las personas morir de manera ordinaria. Con su técnica, la muerte sería rápida, invisible, y casi indolora... pero no menos definitiva. Era una evolución de su Dominación Maldita, un poder reservado solo para ella, una extensión de su voluntad sobre aquellos que consideraba inferiores.

Mientras ella estaba practicando Kaori caminaba por los jardines, estaba buscando a su hija siempre acostumbraba a pasar sus tardes en el jardin, con una sonrisa suave en su rostro. Había pasado meses observando a Makima con preocupación, sabiendo que su hija era especial, pero con la esperanza de que pudiera ser guiada hacia un camino menos oscuro. Escuchó unos ruidos extraños cerca de la colina y decidió acercarse, temiendo lo peor.

Al llegar, Kaori se quedó helada al ver la escena: una docena de pequeños animales yacían muertos a su alrededor. Sus cuerpos sin vida mostraban señales de haber sido aplastados, cortados o destrozados de manera invisible. En el centro del caos, estaba su hija, tan tranquila como siempre, apuntando hacia una flor marchita.

"Makima..." su voz apenas fue un susurro al ver cómo la flor fue partía en dos.

Makima no se inmutó al escucharla. Con calma, se giró y encontró los ojos de su madre. La sonrisa que solía tener en su rostro cuando jugaba con su madre había desaparecido hacía tiempo, sustituida por una mirada vacía, casi distante.

"No puedes seguir haciendo esto" la voz de Kaori temblaba, no solo por el miedo, sino también por el dolor. Su hija, la niña que había criado con tanto cuidado, ahora se sumergía en un abismo que no comprendía. Un abismo del que no sabía cómo sacarla.

"¿Por qué no?" Makima inclinó la cabeza, genuinamente confundida por la reacción de su madre. "Son solo animales, no importa si mueren."

"No son solo animales" respondió Kaori, tratando de mantener la calma. "Son seres vivos. Y tú... tú no puedes decidir sobre sus vidas de esta forma."

Makima se quedó callada por un momento, observando cómo su madre se acercaba con pasos lentos. Los ojos de Kaori estaban llenos de tristeza, pero también de determinación. Cuando llegó a su lado, se arrodilló, tomando su cabeza con sus manos mirándola directamente a los ojos.

"No eres una diosa, Makima. No puedes controlar todo a tu alrededor. Y no debes matar solo porque puedes."

Makima la miró fijamente, su mente procesando las palabras de su madre. Pero lo que vio en los ojos de Kaori no fue una advertencia... fue debilidad. Se levantó lentamente apartando las manos de su madre, dejando la flor partida a sus pies.

"Tú... también eres inferior. Si lo quisiera, podría hacerte obedecer, pero no lo hago porque eres la que me dio la vida" dijo fríamente, mientras sus ojos se entrecerraban. "Pero ellos... ellos no merecen tu compasión. Y no voy a parar."

Jujutsu Kaisen: La Hechicera del ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora