Capítulo 54: Deseo

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Inumaki vio como Makima salía disparada a una velocidad impresionante, dejando atrás un estallido de polvo y escombros. Algo no estaba bien.

Sin pensarlo dos veces, el hechicero descendió rápidamente al interior del edificio. Lo que encontró lo dejó helado: el lugar estaba completamente destruido. Paredes colapsadas, el suelo agrietado, y en el centro del caos, Yuta Okkotsu yacía en el suelo, inconsciente.

Sus ojos llenos de preocupación. Se apresuró hacia su amigo, esquivando los restos de concreto que bloqueaban el camino. Llegó a su lado, inclinándose para revisar si seguía respirando. Afortunadamente, Yuta estaba vivo, pero su condición no era buena.

Inumaki no tenía tiempo para pensar en respuestas. Colocó a Yuta cuidadosamente sobre sus hombros, asegurándose de que su posición no le causara más daño. Tenía que sacarlo de allí antes de que algo más sucediera.

Devuelta a lo ocurrido Makima ladeó la cabeza, observándolo con interés y cautela. "¿a qué te refieres con eso?"

Geto no apartó la mirada, sus ojos brillaban con determinación mientras daba un paso lento hacia adelante. "Nuestras ideas, aunque puedan diferir, ambas buscan un cambio en este sistema podrido. La sociedad de hechiceros está rota, y tanto tú como yo lo sabemos."

Makima dejó escapar una leve sonrisa, su tono frío pero curioso. "Interesante. ¿Realmente crees que somos tan parecidos? creo que nuestros métodos son diferentes"

Geto inclinó la cabeza, reflexionando antes de responder, con una calma calculada. "No es cuestión de métodos, sino de entender que este sistema, como está, no sirve. Tal vez no somos iguales, pero nuestros deseos no están tan alejadas... ¿o me equivoco?"

makima solo solto una risita "creeme no sabes que deseo" dijo sacando una de sus cadenas doradas saliendo de su cuerpo "pero dime cual es tu objetivo"

Geto no apartó la mirada de la cadena dorada que serpenteaba desde el cuerpo de Makima, brillando con una intensidad inquietante. "Mi objetivo..." murmuró, su tono calmado pero cargado de convicción. Bajó las manos completamente, adoptando una postura más abierta, como si estuviera dispuesto a compartir su verdad sin reservas.

"Imagínalo, Zenin. Un mundo donde no existan los no hechiceros. Sin ellos, las maldiciones desaparecerían. La energía maldita no sería un veneno, sino una herramienta. Nosotros, los hechiceros, viviríamos sin el peso de proteger a quienes ni siquiera comprenden el peligro que representan. No habría sacrificios inútiles, no habría injusticias... solo un equilibrio natural."

Makima lo miró, entrecerrando los ojos como si estuviera evaluando sus palabras, pero no interrumpió.

"Es por eso que quiero erradicar a los no hechiceros. No por odio, sino por necesidad. Este sistema está roto, y los 'monos', como yo los llamo, son la raíz del problema. Ellos generan las maldiciones, los conflictos, y nosotros pagamos el precio con nuestras vidas."

Hizo una pausa, dejando que sus palabras se asentaran antes de continuar. "¿Te parece tan diferente de lo que tú deseas? Al final, ambos buscamos cambiar este sistema fallido, aunque nuestros métodos sean... únicos."

Makima soltó una risa suave, casi divertida, mientras enrollaba la cadena alrededor de su mano. "Un sueño interesante, Geto. Pero aún no me convences de que tus medios sean suficientes para lograrlo."

Geto no pudo evitar fruncir el ceño ante las palabras de Makima. Su actitud era desconcertante, calculadora, como si estuviera siempre tres pasos adelante.

Makima le había dado la espalda, enrollando lentamente su cadena dorada mientras su tono permanecía frío y distante. "Sería algo malo erradicar a los humanos..." murmuró con calma, dejando que sus palabras flotaran en el aire.

Jujutsu Kaisen: La Hechicera del ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora