Capítulo 51: Notas

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Megumi se quedó un rato en silencio, mirando el suelo con el ceño fruncido. Si lo pensaba bien, no conocía de nada a esa chica, Makima. Llevarla a ver a su hermana parecía una decisión insensata, incluso peligrosa, considerando que apenas habían intercambiado palabras. Pero el pensamiento de Tsumiki lo perseguía constantemente, llenándolo de una desesperación que trataba de ocultar. Su hermana seguía en ese estado, atrapada entre la vida y la muerte. ¿Qué opción le quedaba? Tal vez debería consultarlo con Gojo primero, pensó, aunque no estaba seguro de cómo explicarle todo esto.

"Yo... no lo sé", admitió al fin, su voz cargada de duda.

Makima inclinó la cabeza con curiosidad, como si estudiara cada palabra suya. "¿No lo sabes?"

Megumi evitó mirarla directamente, fijando la vista en un punto indeterminado del suelo. "Es algo muy personal y... no empezamos muy bien nuestra relación."

Makima comprendió. Sabía que había sido algo borde con él, incluso lo seguía siendo en menor medida, pero no iba a disculparse. "Pero si te digo que la posibilidad de que tu hermana vuelva es casi segura, ¿seguirías negándote?"

Megumi alzó la vista, sorprendido. "¿Cómo?"

Makima miró al frente, dejando un breve silencio antes de responder. "Mi técnica consiste... digamos que en romper la voluntad de ciertos parámetros establecidos. Tu mente, por ejemplo."

Megumi se sobresaltó al escucharla compartir algo tan íntimo sobre su habilidad, sin imaginar que ella sería tan directa.

"No hace mucho descubrí que puedo manipular las maldiciones de personas. Estoy casi al cien por ciento segura de que, si analizo a tu hermana, podré romper o manipular su estado." Makima se puso de pie y acomodó su corbata, con movimientos pausados pero precisos. "Piénsalo. Si quieres, díselo a Gojo, no importa... pero si puedo ayudarla, no será gratis. Nos vemos." Con esas palabras lo dejó solo, procesando lo que acababa de escuchar.

makima se estaba llendo a su casa fue algo arriesgado decirle todo eso a megumi pero si logra lo que quiere todo valdra la pena... "le ire pidiendo a mi padre donde guarda las notas de los antiguos herederos de la tecnica de las diez sombras" y con una sonrisa fue para alla

Megumi esperaba pacientemente en el vestíbulo, sentado con las manos entrelazadas mientras su mente giraba alrededor de lo que debía decir. Cuando Gojo regresó, lo saludó con su habitual tono despreocupado. "¡Megumi! ¿Listo para irnos?"

El joven alzó la mirada, su expresión seria hizo que Gojo detuviera el paso. "Gojo..."

Notando la tensión en su voz, el hechicero cambió su tono a uno más atento. "¿Pasa algo? Sabes que puedes decirme lo que sea, ¿verdad?"

Megumi apretó los puños sobre sus rodillas. "Si... si alguien fuera capaz de curar a Tsumiki... ¿la aceptarías?"

La pregunta hizo que Gojo frunciera el ceño, sus pensamientos comenzando a formarse rápidamente. "¿Por qué esa pregunta, Megumi?"

El chico desvió la mirada, tragando saliva antes de hablar. "Quiero llevarla con ella y que lo intente. Solo necesito que lo apruebes... y que vengas con nosotros."

Gojo cruzó los brazos, su tono adoptando una mezcla de seriedad y curiosidad. "¿Quién es ella?"

Megumi dudó un segundo antes de responder. "Zenin-san."

Gojo cerró los ojos por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. Lo sabía. Había estado sospechando algo desde hacía un tiempo. "¿Y qué te hace pensar que ella puede hacer algo con la situación de Tsumiki-chan?"

"Porque ella misma me lo dijo," respondió Megumi, alzando la mirada con una mezcla de determinación y nerviosismo.

Gojo lo observó detenidamente, notando la seriedad en sus ojos. Finalmente, suspiró mientras se ajustaba las gafas. "Está bien. Hablaré con ella."

Jujutsu Kaisen: La Hechicera del ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora