Los días pasaron, y la burbuja que habían creado entre ellas se volvió cada vez más intensa. Los encuentros furtivos se convirtieron en momentos esperados, y cada instante juntas era una mezcla de emociones que Dahyun nunca había experimentado. La tensión entre el deseo y el secreto les daba una chispa especial que las mantenía alerta y emocionadas.
Sana, siempre juguetona, no dejaba de provocar a Dahyun.
—¿Recuerdas nuestra pequeña aventura?— le susurraba en momentos inesperados, haciendo que el corazón de Dahyun latiera más rápido. —Deberíamos repetir.
Dahyun intentaba mantenerse seria, pero cada vez que Sana la miraba con esos ojos brillantes, se le hacía difícil resistirse. —No sé, Sana. ¿No crees que esto se está volviendo un poco... peligroso?— replicaba, aunque su voz traicionaba su creciente deseo.
—¿Peligroso? ¿Por qué? Solo estamos divirtiéndonos. Además, ¿no es emocionante?— Sana sonreía, y esa sonrisa era como un hechizo que la envolvía en una sensación de libertad y locura.
—Es solo que no quiero que nadie nos vea... ni que se enteren—, dijo Dahyun, sintiendo que su corazón latía desbocado. Sin embargo, a medida que hablaba, se dio cuenta de que había un lugar en su interior que anhelaba la emoción de ser vistas, de no tener que ocultar lo que tenían.
Sana, siempre persuasiva, acercó su rostro al de Dahyun, el aliento entre ellas creando una atmósfera cargada de tensión.
—¿Qué tal si hacemos algo arriesgado? Un pequeño secreto a la vista de todos, pero solo nosotras lo sabremos—, propuso, sus ojos brillando con malicia.
Dahyun sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y a pesar de su juicio, una parte de ella estaba intrigada por la idea.
—No sé... eso podría complicar las cosas aún más—, murmuró, pero su mente ya empezaba a jugar con la idea de lo prohibido.
—¿Complicadas o emocionantes? Solo tienes que dejarte llevar—, le animó Sana, mientras su mano buscaba la de Dahyun, entrelazando sus dedos con una calidez que hacía que Dahyun se olvidara de todo.
El roce de sus manos hizo que Dahyun sintiera esa chispa nuevamente, y aunque quería resistirse, había algo en la propuesta de Sana que la intrigaba.
—Tal vez un pequeño secreto no estaría tan mal—, pensó, dándose cuenta de que estaba lista para explorar los límites de su relación.
—Eso es todo lo que necesito oír—, dijo Sana, sonriendo con esa confianza que siempre lograba encender algo en Dahyun. —Ahora, ¿qué tal si salimos más tarde, solo tú y yo?
Dahyun asintió, sintiendo que el peligro era emocionante y liberador. Había decidido dejarse llevar, y con esa decisión, se sumergió en un mundo de posibilidades donde el deseo y la complicidad se entrelazaban, creando un lazo que desafiaba todas las normas. Así, con corazones latiendo al unísono y una sonrisa compartida, se prepararon para adentrarse en una nueva aventura.
Esa tarde, Dahyun sintió cómo la anticipación crecía en su pecho mientras se preparaba para su salida con Sana. La emoción de lo desconocido la envolvía, y no podía evitar sonreír al recordar las miradas cómplices que compartían y las risas nerviosas que las acompañaban. El aire en la habitación estaba cargado de expectativa, y cada segundo que pasaba parecía eterno.
Esa misma noche, Dahyun y Sana se encontraban en un parque poco concurrido, bajo la luz tenue de los faroles. El ambiente nocturno de Seúl tenía algo que las envolvía en un aura de misterio, y los susurros del viento entre los árboles solo aumentaban la sensación de peligro que ambas sentían.
—Aquí estamos, justo a la vista de todos—, dijo Sana con una sonrisa pícara, observando cómo Dahyun miraba a su alrededor, buscando cualquier signo de miradas curiosas. No había nadie cerca, pero eso no quitaba la sensación de que estaban jugando con fuego.
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[PAUSADO] MI MADRASTRA // SAIDA
FanfictionUna trágica historia en donde Dahyun sin quererlo cae ante los encantos de la nueva esposa de su padre. Porque aún después de odiarla le es inevitable enamorarse de aquella dulce mujer que solamente intentaba empatizar con ella. + Contenido homosexu...