Dahyun, sintiendo el impulso del momento, abrazó a Sana por el cuello, atrayéndola aún más hacia ella. Se pegó a su cuerpo, deseando que el beso nunca terminara, que ese instante de conexión se alargara para siempre. La calidez de Sana la envolvía, y cada latido de su corazón resonaba con el ritmo de su deseo compartido.
Sana sonrió contra los labios de Dahyun, disfrutando de la entrega de su compañera. Sin previo aviso, con un movimiento ágil, la tomó de la cintura y la lanzó suavemente sobre la cama. Dahyun se sorprendió, pero la emoción solo aumentó su deseo. Sana se colocó sobre ella, el peso de su cuerpo creando una sensación electrizante que la hizo estremecer.
—No puedo resistirme a ti—, murmuró Sana, mientras sus labios volvían a encontrarse con los de Dahyun, esta vez con más intensidad. La cama se convirtió en su refugio, un espacio donde podían dejar atrás cualquier inhibición.
Dahyun se dejó llevar, sintiendo cómo Sana la rodeaba con sus brazos, profundizando el beso con cada segundo. Su corazón latía con fuerza mientras la presión de la situación las envolvía en una burbuja de intimidad. Sana movió sus manos por el torso de Dahyun, explorando cada curva, cada rincón, mientras el deseo crecía entre ellas.
—No quiero que esto termine—, confesó Dahyun entre besos, sintiendo la calidez de la piel de Sana contra la suya. La conexión entre ellas se sentía tan real y poderosa que no podía imaginar volver a la normalidad.
—No tiene que terminar—, respondió Sana, su voz un susurro lleno de promesas mientras continuaba besando a Dahyun con pasión desenfrenada. En ese instante, el mundo exterior desapareció, dejando solo a las dos, atrapadas en su propio universo donde el deseo y la conexión eran las únicas realidades que importaban.
Sana se movió con confianza sobre Dahyun, disfrutando de la libertad que les otorgaba ese momento. Ambas sabían que estaban explorando algo nuevo, algo que podría cambiarlo todo, y la emoción de lo desconocido las mantenía al borde, deseando más de lo que ya tenían.
Sana, sintiendo la conexión intensa entre ellas, dejó que sus manos exploraran la piel de la cintura de Dahyun, deslizando sus dedos por debajo de su camisa. La suavidad de la piel de Dahyun era tentadora, y cada caricia encendía aún más el deseo que ya ardía en el aire.
Dahyun cerró los ojos, dejando escapar un suspiro de placer mientras Sana comenzaba a bajar sus besos por su cuello. La calidez de sus labios contra su piel era electrizante, y cada roce hacía que su corazón latiera más rápido. Sana se tomaba su tiempo, disfrutando de cada momento, de cada reacción de Dahyun.
—Eres tan hermosa—, murmuró Sana entre besos, su voz llena de admiración y deseo. Acarició la piel expuesta de Dahyun, sintiendo cómo la tensión se transformaba en un anhelo palpable. La suavidad de su piel bajo sus dedos la hacía sentir viva, intensificando la conexión que compartían.
Dahyun sintió cómo una oleada de calidez la envolvía, su cuerpo respondiendo a cada beso y caricia. No podía evitar inclinarse hacia adelante, buscando más de Sana, deseando que nunca se detuviera.
—Sana...—, susurró Dahyun, su voz temblorosa de emoción, mientras se dejaba llevar por las sensaciones que la invadían. La combinación del roce de las manos de Sana y los besos suaves en su cuello era más de lo que había imaginado, y cada instante se sentía como un sueño del que no quería despertar.
Sana levantó la cabeza para mirar a Dahyun a los ojos, su mirada cargada de deseo y complicidad. Sin romper el contacto, volvió a capturar sus labios, esta vez con una pasión renovada, como si quisieran absorber cada segundo de ese momento mágico que compartían.
Sana, dejándose llevar por el momento, comenzó a retirar la camisa de Dahyun con movimientos delicados y llenos de deseo. El aire estaba cargado de tensión, y la anticipación crecía mientras sus labios se acercaban al pecho de Dahyun. Pero justo cuando estaba a punto de tocar su piel, el sonido insistente del celular de Sana rompió la atmósfera.
Ambas se quedaron paralizadas, el corazón latiendo a mil por hora, y Sana rápidamente tomó el teléfono de la mesa de noche. Al ver la pantalla, su rostro se tornó de sorpresa y frustración. Era el padre de Dahyun, llamando para avisar que estaba en camino con comida para los tres.
—No, no, no...—, murmuró Sana en la llamada, sintiendo cómo la emoción se desvanecía instantáneamente.
Dahyun, con su corazón aún acelerado, se incorporó y rápidamente se puso la camisa, sintiéndose un poco avergonzada por la interrupción. Miró a Sana, que intentaba contener su frustración mientras hablaba por teléfono.
—¿Qué hacemos?—, preguntó Dahyun, sintiendo una mezcla de risa y frustración.
Sana terminó la llamada y dejó caer el teléfono sobre la cama. Su expresión era un reflejo de la decepción compartida.
—No sé... Tenía que pasar esto justo ahora —, Sana dejó salir su frustración.
Ambas intercambiaron miradas, el deseo aún palpitante entre ellas, pero el sonido del motor del auto del padre de Dahyun acercándose a la casa hizo que la realidad se asentara. El momento que habían estado construyendo se había desvanecido, y aunque la situación era graciosa, también era frustrante.
—¿Tienes hambre?—, preguntó Sana, tratando de encontrar un poco de normalidad en medio de la tensión.
—No tanto como tengo ganas de seguir—, respondió Dahyun con una sonrisa traviesa, sus palabras revelando que, a pesar de la interrupción, su conexión no se había debilitado.
Sana rió, dejando escapar un suspiro.
—Ok, pero ahora estamos en modo de actuación. Tu papi no puede enterarse de lo que estaba pasando aquí.
—De acuerdo—, aceptó Dahyun, sintiéndose emocionada por lo que vendría después de esa cena, aunque la frustración por el momento interrumpido seguía latente en el aire. Ambas se prepararon, listas para salir de la habitación, pero sin poder evitar sonreír al recordar lo que acababa de ocurrir.
La cena transcurrió entre risas y charlas despreocupadas, la comida servida en la mesa era deliciosa, pero Sana tenía otros planes en mente. Mientras hablaban de cosas triviales, Sana dejó que su mano se deslizara lentamente hacia abajo de la mesa, buscando la pierna de Dahyun.
Dahyun apenas podía concentrarse en lo que se decía a su alrededor. La sensación del contacto de la mano de Sana contra su piel era electrizante. Con cada roce, Sana acariciaba su muslo con una suavidad provocativa, pero, al mismo tiempo, la apretaba con fuerza, como si quisiera marcar su territorio.
—¿Te gusta la comida?— preguntó el padre de Dahyun, mirando a su hija con una sonrisa.
—Sí, es... deliciosa—, respondió Dahyun, sintiendo que su voz se ahogaba mientras la mano de Sana continuaba su travesura, moviéndose con descaro por su piel.
El corazón de Dahyun latía desbocado. Trató de mantener la compostura, pero cada roce de los dedos de Sana era como un fuego encendido que la hacía sentir más viva y, a la vez, más nerviosa. La risa de su padre y las conversaciones con Sana parecían desvanecerse mientras todo su enfoque se centraba en la mano traviesa de su muslo.
Dahyun se mordió el labio, intentando no dejar escapar un suspiro mientras Sana seguía acariciando su pierna. La mirada de Sana era traviesa, y su sonrisa, un reflejo de la complicidad que compartían, hacía que todo fuera aún más tentador. La tensión entre ellas era palpable, un secreto que solo ellas conocían.
—¿Dahyun?— la llamó su padre de nuevo, sacándola de su trance.
—¿Sí, papá?—, respondió, intentando sonar normal mientras su rostro se encendía de color.
Sana, sin perder la oportunidad, apretó un poco más su muslo, lo que hizo que Dahyun se tensara de inmediato, tratando de no delatarse. El juego de poder entre ellas la mantenía en un estado constante de excitación, y la cena, aunque deliciosa, se convirtió en un escenario para su complicidad secreta.
Cada instante se volvió más intenso, y mientras las conversaciones continuaban, Dahyun sabía que esa noche sería inolvidable, con su corazón aún latiendo al ritmo del roce furtivo de Sana.
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[PAUSADO] MI MADRASTRA // SAIDA
FanfictionUna trágica historia en donde Dahyun sin quererlo cae ante los encantos de la nueva esposa de su padre. Porque aún después de odiarla le es inevitable enamorarse de aquella dulce mujer que solamente intentaba empatizar con ella. + Contenido homosexu...